El futuro de Francia y de Europa en manos de de un partido xenófobo, racista y antieuropeo. ¿Es ese el titular de la primera vuelta de las elecciones francesas? Sin duda es una de las lecturas posibles del fragmentado y colérico mensaje depositado en las urnas por 36 millones de citoyens. Otra lectura más conocida es que el bucle infinito de la crisis no tiene ideología prometa lo que prometa, el presidente saliente paga y sale. Pero hay además una tercera visión que le reprochó ayer a Nicolás Sakoxy el ministro de Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselbom. Cuando un jefe de estado se pone a la altura de su extrema derecha , atacando un día trás otro a Schengen, a los inmigrantes, a Bruselas o a la carne halal (apta para el consumo de musulmanes) pensando que será rentable, la bestia crece y adquiere legitimidad. Como ha dicho el filósofo André Glucksmann, Sarkozy adoptó por cálculo electoral hace un año "la visión del mundo de un gendarme". Esta espiral que de momento le ha conducido a una derrota parcial e histórica, pone al presidente, a su partido y al país ante un dilema notable: para sobrevivir ya solo cabe seguir cabalgando la ola, aunque eso suponga poner en riesgo al centro , y por tanto su reelección.
Miguel Mora, El País , lunes 23 de abril de 2012
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