Sylvia Beach, un hada con Ulises bajo el brazo.Fue la mejor librera de aquel París de los años 20, junto a su compañera Adrienne Monnier. Su local fue el epicentro de la Generación perdida, la de Hemingway, Scott Fitzgerald, Ezra Pound, D.H. Lawrence... pero su gran cómplice fue James Joyce, de quien publicó el Ulises en 1922. En contra de su apariencia algo distante, Sylvia Beach fue la matrona cálida de la mayor concentración literaria que tuvo París en los años veinte del siglo pasado. Es más parece que la Generación perdida fuese en verdad una leyenda articulada para que ella le diese cobijo, contorno y leyenda. Con una suavidad de dama fiera amortiguó los egos monumentales de esa manada espontánea de escritores que fijó uno de los momentos más poderosos de la cultura europea contemporánea, cítandose como en alud en la pequeña librería del número 12 de la Rue de l'Odéon que ella regentaba: Shakespeare & Company....
Antonio Lucas. Heterodoxas. El Mundo, 22 de febrero de 2015
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