viernes, 2 de octubre de 2015

Natalie Dessay

Cantante y ex estrella de la ópera. La historia de la ópera está salteada de bartlebys y retiradas dramáticas, de voces que se destruyen y jubilaciones de oro. Pero el caso de Natalie Dessay (Lyon, 1965) es especial. Cuando en 2013, a los 48 años, anunció que dejaba de cantar óperas para centrarse en los recitales y probar suerte con el teatro, el impacto en la comunidad operística  no vino marcado por la pérdida de una de las grandes voces de soprano del mundo sino por el cuestionamiento de los principales dogmas operísticos con los que Dessay justificó su decisión. Por eso su actuación en el Teatro Real tiene entre sus alicientes el comprobar hasta qué punto una cantante puede seguir desarrollando su voz tras desembarazarse de las ataduras del género operístico. El recital que abre el ciclo Voces del Real de esta temporada, hilvana poemas de Baudelaire, Goethe, y Victor Hugo con piezas de Bizet, Listz o Duparc. "Las he elegido con mi pianista, Philippe Cassard, porque me gustan, sin más. Quería cantar Schubert y luego Mendelsohn. Y por supuesto quería cantar algo francés porque soy francesa", empieza a justificar su elección del repertorio. Pero luego, ataja: "En la ópera, tu voz dice lo que tienes que hacer. Pero, ahora, poder dejarme llevar por las canciones y las melodías representa una libertad fantástica".... Sobre su decisión de abandonar la dinámica de ensayos, estrenos y caracterizaciones, señala:"Es como pasar página en un libro. Ahora no quiero volver atrás. Quiero continuar mi viaje a través de la música y las palabras, pero de otra forma. Me encantó hacer ópera, pero se acabó. Es algo que queda ya detrás de mí". Dessay es consciente de que su decisión le ha supuesto una merma en sus ingresos."Por supuesto que necesito dinero, como cualquier otra persona, pero no es mi meta en esta vida, no es lo que me interesa. No tengo miedo de no tener suficiente para vivir. Mis necesidades son muy básicas", relata. "Pero después de un tiempo en la ópera, me sentía como una prisionera. De mi voz, de mi dicción, de las rutinas...Quería evitarlo porque me aburría y de verdad que detesto cuando me aburro, quiero seguir aprendiendo y sorprendiéndome."...
Dario Prieto. Madrid. El Mundo, domingo 27 de septiembre de 2015

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