jueves, 24 de marzo de 2016

El español de Le Clézio

El escritor narra a sus lectores cómo aprendió castellano. ¿Qué hace un escritor francés en un congreso de la lengua española? Hablarla. Empeñado en demostrar que el cosmopolitismo del español va más allá de la euforia estadística y de su enorme territorio, el presidente del comité organizador, Hector Feliciano, ha querido invitar a la cita a autores que "siendo grandes figuras en otras idiomas hablan el nuestro". Es el caso del Nobel de Literatura de 2008, Jean Marie Gustave Le Clézio, que nació en Niza, pero se ha pasado la vida viajando, dice que"por casualidad."El lunes, rodeado por un círculo informal de 39 mujeres y un hombre que han leído su obra en distintos clubes de lectura de la isla, el autor de El libro de las huídas arrancó con dos advertencias:"Mi español es callejero y mexicano". Reconoció que ni siquiera es correcto del todo porque nunca lo ha estudiado formalmente: lo aprendió en las calles de México , mientras cumplía con el servicio de cooperación cuando era un veinteañero para evitar la mili francesa. Primero lo mandaron a Tailandia. Allí le fue mal, dice tirando de eufemismo, y le dieron a elegir: o el cuartel o México. Su estancia en América se prolongó más de lo previsto cuando visitando Panamá, conoció a unos indígenas: "Como en la selva iban desnudos para ir al pueblo se vestían harapos. Pese a todo parecían príncipes. Me interesé por ellos y me invitaron a que los visitara. Fui en piragua y me quedé tres años. Vivía del trueque. Yo les daba arroz  que compraba cuando salía de la selva y ellos me daban lo que necesitaba". Se marchó, todavía lo cuenta con largo rastro de pena, cuando apareció el narco. La otra advertencia fue una respuesta a la pregunta de una lectora;"¿qué supuso para usted el Nobel? Respuesta: "Ganar tiempo. Un escritor necesita tiempo para escribir, pero también necesita ganarse la vida. A veces recurre a oficios que terminan por impedirle escribir. El Nobel significa tiempo. ¿Notoriedad ?También, pero eso se pasa. El primer Nobel fue francés, el poeta Sully Prudhomme. Hoy está olvidado. Los que hemos ganado el premio sabemos que no duramos mucho".
J.R.M. San Juan de Puerto Rico. El País, miércoles 16 de marzo de 2016

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