En Vallauris, la famosa estatua de bronce El hombre con oveja, regalada por Picasso a la localidad, es una de las fotos obligadas de la travesía, así como la visita a la capilla del castillo que alberga su última gran composición política, La Guerra y la Paz, que da nombre al Museo Nacional que alberga hoy en día la capilla. Fue en este recoleto pueblo, famoso por su cerámica, donde Picasso explotaría su faceta como escultor (1947-1955). Las musas siguen abriéndose paso. Esta vez en Saint-Tropez, la cuna de la vanguardia pictórica. En 1951 Picasso frecuentó con regularidad la ciudad atraído por esa magia que parece emanar el viento con luz. El Museo de L'Annonciade da buena cuenta de este legado artístico con obras de artistas como Braque, Seurat o Dufy. En esta época Picasso estaba acompañado por Geneviève Laporte, de la que realizó varios retratos y dibujos como La Odalisca. El Picasso más sibarita también vivió en Cannes (1955), en Villa Californie, un magnífico palacete rodeado de un parque arbolado. En el famoso paseo de La Croisette se instaló una reproducción de su cuadro La Bahía de Cannes. Proseguimos nuestro periplo picassiano parándonos en Arles. Su apego a esta ciudad(1959) quedó reflejado en obras como La Arlesiana, los ocho retratos de Jacqueline vestida de arlesiana y además donó al Museo Réatu un conjunto de 57 dibujos. Esta road movie picassiana no podría completarse sin un homenaje a la cinematografía. Las Canteras de las Luces, en Les Baux-de-Provence (1959), fueron escenario de la película de Jean Cocteau, El testamento de Orfeo, en la que colaboró Picasso. Hoy este rocoso decorado natural, llamado "la entrada Picasso"se ofrece para representaciones teatrales y espectáculos al aire libre. La encantadora zona de Aix y Vauvenargues (1958-1961), fue también escenario de la convivencia de Picasso con otro personaje universal de la pintura, Cézanne, artista al que el malagueño profesaba una honda admiración, cuyo legado es el Museo Granet, una colección permanente de ambos artistas, el "abuelo" y su "nieto espiritual". Nuestros pasos acaban en Mougins, el último refugio del creador (1961-1973), donde pasaría solo y enclaustrado los últimos años de su vida. El Museo de la Fotografía André Villers de Mougins, fundado en 1986, alberga imágenes que muestran momentos íntimos del artista en plena ebullición creativa. Dicen que Picasso, pese a lo avanzado de su edad, no dejó de trabajar ni un solo día.... Provence-Alpes-Côte d'Azur. El Viajero. El País, viernes 26 de febrero de 2016
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