martes, 22 de noviembre de 2016

Fábulas negras de Anne-Marie Schneider

El Reina Sofía presenta 250 obras de la misteriosa e inquietante artista francesa. Dos rectángulos azules flanqueados por sendas paredes acogen una cama, un armario y una mesita. El dibujo, titulado Chambre (2012), es el claustrofóbico dormitorio de Anne-Marie Schneider (Chauny, Francia, 1962) a quien el Reina Sofía dedica su primera retrospectiva, pinturas y películas, la exposición  en España. Integrada por 250 piezas entre dibujos, pinturas y películas, la exposición, abierta hasta el 20 de marzo, supone un inquietante recorrido por una obra que se mueve entre el humor negro, la crítica y el absurdo. De Schneider se sabe muy poco, más allá de que es violinista de formación y de que vive en algún lugar de Francia en el que sigue trabajando. Nunca participa en actos públicos, pero Manuel Borja-Villel director del museo madrileño y comisario de la muestra, asegura que el contacto telefónico ha sido frecuente para que conociera al detalle la exposición. En la exhibición se pueden encontrar elementos autobiográficos. Dibujos y pinturas recogen sus angustias y obsesiones. Borja Villel explica que toda su obra tiene numerosas lecturas: "La apariencia de sus dibujos es primitiva, pero sus referencias están en Franz Kafka y Virginia Woolf. Con una tabla de planchar nos lleva a las reflexiones más altas. La sucesión de sus dibujos son un recorrido por mundos que tienen que ver con Goya o Louise Bourgeois". Aunque intente vivir alejada del mundo, hay sucesos que le han impactado tanto que no se ha resistido a tratarlos. Es el desalojo policial de unos sin papeles en la iglesia de Saint-Bernard, en 1996. Schneider realizó una veintena de dibujos en los que mostraba a la policía expulsando los refugiados como si fueran muñecos de trapo. Con esta serie, rompió con el intimismo  que había marcado su trabajo. Otra parte importante de la retrospectiva se dedica a las fábulas sin moraleja que le gustan. Con la recreación de La Bella y la Bestia, Schneider se adentró en el color. "Ha reinterpretado el cuento desde su versión más tormentosa. La cantidad de pigmento es como la cantidad de piel con la quiere impregnar historias", incidió el comisario.
Ángeles García. Madrid. El País, miércoles 16 de noviembre de 2016

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