miércoles, 2 de noviembre de 2016

La Jungla cierra sus puertas al paraíso

"Forman una fila perfecta de desolación..."
La policía francesa completa con precisión el desalojo del campamento de inmigrantes llegados de medio mundo que soñaban con dar el salto a Inglaterra. Ayer era el último día en la Jungla. Por eso todos sus residentes querían madrugar. Caminan al abrigo de un sol que aun no calienta. Entre la niebla empujan sus maletas. El desalojo del campo ha comenzado. Momin Anizi pasa sus últimas horas en Calais sentado sobre una valla. Su turno llegará hoy. Desde lo alto observa como sus compañeros se agrupan por centenas hasta sumar miles. Forman una fila perfecta de desolación. La misma que desprende su mirada. "Llevo diez meses aquí. Esto no es vida", confiesa este afgano de 28 años que abandonó su país hace más de dos. Desde entonces ha cruzado medio mundo caminando para cumplir su sueño: empezar de cero en el Reino Unido."Mi madre está muerta, mi padre está muerto. Mis hermanos han muerto. La única familia que me queda está en Inglaterra, por eso estoy aquí", relata este emigrante forzoso. Como Momin, más de 8.000 indocumentados sobreviven en esta selva de plástico a la espera de una oportunidad que les permita cruzar el canal de la Mancha. Pero las vallas de concertina que flanquean este campamento de desesperados han tornado su sueño en pesadilla. Los habitantes de  la Jungla son en su mayoría hombres jóvenes. Sudaneses, eritreos, etíopes y afganos dan identidad a esta comunidad heterogénea. Entre ellos hay más de 2.000 menores. La mayoría han llegado hasta aquí solos. Dicen que la suerte tiene muchas caras. Sin duda en Calais la fortuna tiene forma de camión. Las tripas de estos gigantes con ruedas esconden un billete de ida al paraíso. Por eso cada noche, cuando se pone el sol, los jóvenes  del campo merodean la autopista en busca de uno en que esconderse."Aunque se que no voy a lograrlo todos los días lo intento. Hace dos meses me cogió la policía  dentro de un remolque y me rompió un brazo", asegura otro afgano que comparte asiento con Momin mientras gesticula para contar sus desventuras...
Saúco Fernández. La Voz de Galicia en Calais, martes 25 de octubre de 2016

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