Nunca me gustó noviembre. El mes más triste del año, el más oscuro, el que empieza con el cambio de horario, en el que los días se acortan. El que empieza con el recuerdo de nuestros muertos. Frío en el alma, frío en el cuerpo. Sin embargo, por los caprichos del clima, este año no ha sido así. Disfrutamos de un otoño dorado y cálido. El día de difuntos el cementerio de Santiago lucía en todo su esplendor. Flores de todos los colores y un sol resplandeciente le daban un aire de fiesta al que contribuía el gran número de visitantes como si triunfase el recuerdo que sigue vivo sobre la pérdida de nuestros seres queridos. Cuestión de tiempo. El frío, las lluvias y la muerte fueron llegando justo un mes más tarde.
Johnny Hallyday y Nathalie Baye en losaños 80. |
Tumba de Valle Inclán en el cementerio de Boisaca. Santiago |
Y como tantas veces, el azar había previsto para ese día un paseo muy en consonancia con la noticia. Mi amiga C. quería visitar el cementerio de Santiago, en Boisaca. Un amigo suyo le había hablado de la tumba de Valle Inclán. Y allí estaba el escritor junto a otros tres ilustres gallegos. Casi a la entrada, en un espacio diferenciado, un poco elevado. Cuatro losas de piedra, magnolios y alguna conífera hacia un lado, a modo de vigilantes, serenos y elegantes. La espléndida mañana, el silencio absoluto, éramos casi las únicas vivientes en el lugar, nos hicieron recordar aquellos versos antiguos que aprendimos de niñas: "Dios mío, qué solos se quedan los muertos". Cuando bajábamos por el paseo central hacia la tumba donde reposan las cenizas de dos de mis muertos, mi padre y mi marido, noté algo distinto: las dos hileras de cipreses que lo enmarcaban habían desaparecido y con ellas parte de la belleza y del sosiego que siempre me produce este lugar.
Quelque chose de Tennessee sobrevoló ayer la emotiva despedida que Francia tributó a Johnny Hallyday. Emmanuel Macron le dedicó un Elogio al pie de la iglesia de La Madeleine con estas palabras: "On a tous en nous quelque chose de Johnny Hallyday. Il était le bad boy qui chantait l'amour, le rocker sentimental...allant de conquêtes en déchirures. Nous avons souffert et aimé avec lui"/Todos tenemos en nosotros algo de Johnny Hallyday. Era el chico malo que cantaba al amor, el rockero sentimental...que iba de las conquistas a los desgarros. Hemos sufrido y amado con él". Y esa misma canción sonó interpretada por la Guardia Republicana en el concierto que ofrecieron dos días antes en la Unesco.
Merci Johnny decía ayer la Tour Eiffel. Merci Johnny desde aquí.
Carmen Glez Teixeira
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