La excelente exposición organizada por el Museo d'Orsay permite recorrer en profundidad el conjunto de la trayectoria artística de Munch, más allá de esa obra icónica, de la que aquí tan solo se presenta un grabado. Se han reunido más de 100 obras. 50 pinturas relevantes, a las que se une un notable conjunto de dibujos y grabados. El recorrido está organizado en ocho secciones más un conciso epílogo, que no siguen un orden cronológico.
El criterio de articulación tiene como base el principio del ciclo, que las comisarias la clave central consideran, y que se desplegaría en el concepto de metabolismo, según el cual la humanidad y la naturaleza fluyen unidas en un mismo ciclo. el de la vida, la muerte y el renacimiento. Con ello se quiere transmitir que el método de trabajo de Munch consistiría en la variación temática de una idea que va desplegando de forma diferente en diversas obras.
Este planteamiento tendría su plasmación inicial en la serie de obras El friso de la vida, de la que forma parte El grito. Aquí se sitúa uno de los aspectos centrales que esta exposición nos da para comprender y sentir en profundidad el arte de Munch. Aunque vivió y respiró el ambiente de las vanguardias artísticas, en todo momento fue un solitario, un artista que trabajaba individualmente, al margen de grupos o asociaciones.
En realidad, buscaba ir al fondo de su experiencia vital, siempre compleja y difícil, con muertes familiares, dificultades de relación, y problemas mentales que por una profunda depresión nerviosa determinaron su internamiento en una clínica de Copenhague del otoño de 1908 a la primavera de 1909.
Sus relaciones pasionales también fueron intensamente complejas, sin que las pudiera llegar a consolidar en ningún caso. Y aquí se sitúa la raíz del aspecto que me parece más cuestionable del trabajo artístico de Munch. la plasmación pictórica de mujeres como Vampira o La asesina, en las que la experiencia del amor se relaciona con el dolor y el sufrimiento, pero con una tonalidad de "mujer fatal", evidentemente machista y por ello inaceptable.
En todo caso, la fuerza y calidad pictórica de Munch es indudable. Su planteamiento intensamente vitalista y autobiográfico se desarrolla mirando hacia dentro de sí mismo para visualizar y dar vida a los ciclos de la existencia. En unas anotaciones de 1907-1908, tras indicar que "el arte es lo contrario de la naturaleza", Munch subraya: "Una obra de arte no puede surgir más que del interior del ser humano. El arte es la forma que toma la imagen una vez que ha pasado a través de los nervios del ser humano, de su corazón, de su cerebro, su ojo"...
José Jiménez. El Cultural, 23-12-2022.
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