El periplo de la versión de Morfeo Teatro (adaptada ahora por su director Francisco Negro) ha sido ahora más corto. Prácticamente inédita en España, arranco en el Teatro Principal de Burgos en febrero de 2020 y ahora llega a las Naves del Español, el 23 de diciembre, propiciada por el propio Negro, Felipe Santiago, Mayte Bona, Santiago Nogués, Mamen Godoy y Carolina Bona.
"Ya en su estreno parisino fue una obra polémica -explica Negro a El Cultural-. Nosotros la elegimos preocupados por vivir en este tiempo en el que la ética de nuestra sociedad se ve vapuleada por los populismos de una sociedad acicalada en el vano consumismo, en la que se valora sobremanera el ser productivo. El estreno se produjo apenas un mes antes del confinamiento, y lo que parecía que iba a ser una oportunidad `para la concordia mundial ha resultado ser un escaparate de los horrores. Por eso, la comedia recobra actualidad en cada disparate que ocurre en el mundo".
El montaje, siempre según el director, es una tormenta de provocaciones, un torbellino que va de la risa al estupor: "Su argumento es disparatado y sorprendente. Lleva a los personajes a estados tan hilarantes que provoca una carcajada rotunda y cruel". Lo difícil, precisa Negro, es salir indiferente: "Escuchar a Ionesco resulta a veces insoportable pero siempre se le entiende. Sus metáforas son nítidas y valientes. Nunca se muerde la lengua. Ionesco se reivindicaba en su obra y, como persona, era un agitador de conciencias. Si algo falta hoy, es esa provocación inteligente".
La obra trata de un joven llamado Jacobo que, desencantado del mundo, languidece tirado en su sofá, negándose a formar una familia; sus padres intentarán dominar la desobediencia del joven animándole a casarse y a tener muchos hijos. En un arrebato de rebeldía, Jacobo se niega a hacerlo a no ser que sea con la mujer más fea del mundo... Negro, que también ha estrenado Strip-tease, del polaco Slamowir Mrozec, considera que el teatro del absurdo es el único que ha sobrevivido como filosofía del inconformismo: "Si Ionesco es el padre y Beckett el hijo, por ensalzar el talento patrio Miguel Mihura fue y Fernando Arrabal es el Espíritu Santo del absurdo. Aunque a Ionesco se le llame padre del absurdo, resulta indiscutible que es familia intelectual de Beckett. Son unos genios sin parangón".
Javier López Rejas. El Cultural 23-12-2022.
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