miércoles, 6 de noviembre de 2024

Hélène Louvart. Directora de fotografía

Hélène Louvart.
Que la directora de fotografía Hélène Louvart sea desconocida para el gran público no le importa en absoluto a la cineasta francesa, que en septiembre cumplirá 60 años, casi 40 de ellos en activo. Louvart se pone al servicio de los cineastas "siempre desde la colaboración y el respeto", y en sus más de 130 trabajos como directora de fotografía aparecen obras tan poderosas como  Las playas de Agnès, de Agnès Varda; Pau y su hermano de Marc Recha, Pina de Win Winders; Lazzaro feliz y La Quimera, de Alice Rohrwacher; Petra y Girasoles silvestres, de Jaime Rosales; Maya de Mia Hansen-Love... Ha colaborado con Claire Denis, Christophe Honoré, Jacques Doillon, Léos Carax y ahora con Scarlett Johansson, que ha debutado como directora de largometrajes en Eleanor the Great. Louvart es la referente del cine de autor. Presente en Madrid  en un seminario de la primera edición de Ecamforum, de la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid, la ganadora de la Caméra d'Or de Cannes 2021 y del Oso de plata de Berlín en 2023 por Disco Boy, saca su ojo a pasear cuando se cambia una camisa  para que el color de la ropa no se funda con el de la pared donde posa.

P.- La vi trabajar en el rodaje de Petra, de Jaime Rosales, y me pareció que era usted muy precisa. No sé si porque aquella película enlazaba planos secuencia o porque es así habitualmente.

R.- Al tratarse de esos planos secuencia, la perspectiva que se tomaba estaba muy vinculada a los actores y a la acción. Era como una tercera entidad. De ahí la precisión. Cada plano secuencia es una biografía. Yo soy dúctil porque el placer de mi trabajo reside justamente en adaptarme o comprender lo que quieren los directores. Y luego plegarme ante lo que quieren. Lucho por que las películas sean lo más sinceras posibles.

P.- ¿Le importa la opinión de los espectadores?

R.- Me gusta lo que hago. Me gustan las películas en las que trabajo y me importa ser sincera conmigo misma. Todo lo demás, lo que significa en comparación, es un sistema en el que no entro para nada.

P.- Usted acabo de estudiar en la escuela Louis-Lumière en París (Louvart nació en Pontarlier, al este de Francia) y pasó directamente a trabajar como directora de fotografía. ¿Cómo fue tan fácil?

R.- De manera orgánica. En la escuela, donde estudié Imagen, hacía cortometrajes. Seguí colaborando con mis compañeros de promoción, pasé a los documentales, y nunca paré. La gente te llama por lo que has hecho, básicamente, y yo he encadenado proyectos.

P.- ¿Tuvo algún referente? Las directoras de fotografía eran contadas en Europa antes de usted.

R.- Efectivamente, no tuve ningún referente femenino cuando empecé. Mis referencias eran las películas, y no me fijaba en una persona en concreto. Pertenezco a una generación que hacíamos cosas, sin pararnos a reflexionar mucho sobre si se podían hacer o no.

P.- ¿En alguna ocasión  ha priorizado trabajar con una directora en vez de un director, o ha buscado apoyar a realizadoras?

R.- No entro para nada en este enfoque masculino-femenino. Que haya hombres y mujeres en todos los equipos, eso es lo que hace el trabajo interesante. ¿Sabes a lo que doy muchísima importancia? A la actitud, al comportamiento. Cada vez acepto menos a hombres o mujeres que tengan un comportamiento que me desagrada.

P.- Su filmografía en la última década encadena acierto tras acierto. ¿Cómo lo hace?

R.- Elijo basándome en tres factores. Primero analizo si hay algo detrás de un guion, no es solo otra historia más. Luego, si la persona que va a dirigir la película es sincera  con respecto a ese guion y a esa temática. Y en tercer lugar, comprender si ese cineasta está dispuesto a ir un poco más allá. Porque ir un poco más allá requiere búsqueda, requiere investigación y requiere trabajo.

Gregorio Belinchón. El País, jueves 20 de junio de 2024.

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