Esta ciudad, es la segunda ciudad más poblada de la región Île-de-France con 114.000 habitantes. Situada al suroeste de París, bajo el Bois de Boulogne, hoy es conocida por albergar las pistas de Roland Garros o el estadio Parque de los Príncipes. En 1968 apareció en todos los periódicos cuando los trabajadores de la fábrica Renault hicieron manifestaciones históricas. Sin embargo, fue en los años treinta, cuando coincidiendo con el desarrollo industrial vivió su época dorada. El principal artífice fue el alcalde André Morizet, declarado admirador de la frase "la forma sigue a la función" de Louis Sullivan. La avenida que lleva el nombre del audaz alcalde sirve de guía para conocer Boulogne a partir de la parada de metro de Marcel Sembat. Hay tres reclamos fundamentales para entender la ciudad: los edificios públicos, el Museo de los Años Treinta y la ruta por las villas privadas. Morizet impulso la construcción de numerosos edificios públicos. Para empezar encargó al arquitecto Tony Garnier L'Hôtel de Ville, obra maestra en la arquitectura administrativa. El tratamiento monumental de la fachada anuncia los grandes salones del interior, como el "gran hall de las ventanillas" o "la sala de bodas", puro déco. La escalinata central está culminada por una enorme tela del pintor abstracto Olivier Debré. Ala vuelta de la esquina está el edificio Delory que hoy ejerce de anexo al ayuntamiento pero originalmente fue un dispensario. Frente a ambos otro ejemplo de arquitectura administrativa relevante, el Hôtel des Postes (oficina de Correos). Reconocido y apartado de las rutas tradicionales , el Musée des Années 30, es una joya para todos los amantes del arte de entreguerras. Tres mil metros cuadrados en los que las sorpresas se suceden sin aviso. En la planta baja destaca la Trinidad, pieza escultórica de los hermanos Martel ( Joël y Jan), escultores cuya vivienda estudio fue diseñada por Mallet-Stevens, nombre determinante del Movimiento Moderno y autor de uno de los carteles más famosos que se hicieron en la época, el de San Juan de Luz, de 1928, cuyo original se expone en una sala de la segunda planta. Paralelo al auge arquitectónico, esta ciudad vivió la llegada de una troupe de artistas comandados por el famoso marchante Daniel- Henry Kahnweiler (representante de Picasso, Gris Derain y Braque) que supo reunir a su alrededor a gente como Artaud, Malraux, Stein, Huidobro, Picasso , Lipchitz, le Corbusier o Erik Satie. Así se hicieron famosos "los domingos de Boulogne", burbujeantes encuentros en la ciudad que empezaba a ser denominada "de los tiempos modernos". Tanto Kahnweiler como Juan Gris vivieron en la misma calle, rue de la vieille Marie. Hoy, sendas placas en cada una de ellas al recuerdan....
Use Lahoz. El Viajero. El País, 13 de julio de 2016
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