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P. Lemaitre |
Siempre ha sido escritor. Aunque no escribiese. El impulso le llegó a los 55 años. Y de su mente salió Camille Verhoeven, un inspector que mide 1,45 metros personaje con el que triunfó. Pierre Lemaitre, ganador del Goncourt 2013, se pasó estos días por Santiago para recoger el premio de San Clemente por su novela Irène (Alfaguara). "Creo que siempre he mirado la vida intentando fabricar historias. No puedo evitar vere el potencial de cualquier situación. Antes estaba hablando con un periodista y no pude evitar pensar:"Esto daría un buen personaje". En realidad, creo, yo era un escritor que no escribía, pero siempre he sido escritor. Escribí dos libros entre los 20 y los 50 años y que fueron rechazados por los editores. Me parecía normal que no los aceptasen porque eran no eran muy buenos. Después conocí a Pascaline y cuando tienes a tu lado a alguien que cree en las cosas que haces todo se vuelve más fácil. Si nos paramos a pensar lo importante de nuestras vidas son encuentros... No podemos escribir historias con gente que encarna la banalidad. Una buena historia es algo extraordinario que le ocurre a una persona ordinaria... Me dicen que soy malo con mis personajes y yo contesto que no, que es la vida la que es mala con ellos. Me dicen que tengo libros violentos. Pues no, es la vida que es violenta. Ya me gustaría escribir novelas donde todo transcurre bien. Pero la vida no es así. No creo en la redención porque es un concepto un poco católico... y soy un ateo casi militante. No creo en Dios, creo en los dioses, en la talidad. Cuando uso la palabra dioses uso una metáfora. Creo que en la vida hay elementos que hacen que ocurran fatalidades. La redención es una categoría moral que no pertenece para nada a mi filosofía, a mi concepción filosófica de la vida"...
Támara Montero. Santiago. La voz de Galicia, jueves 23 de marzo de 2017
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