sábado, 4 de marzo de 2017

La Dordoña

Lascaux
"Por aquí solo tenemos foie y grutas" dice una joven de la Dordoña, departamento del suroeste francés. Lo comenta en su restaurante, después de que hayamos comido un primer plato de foie. Junto a la mesa de los cubiertos se abre una gruta cruzada por un regato. Grutas y foie. Pero también castillos inexpugnables o los inicios cinematográficos de Ridley Sott; los típicos mercadillos de pueblo en versión gourmet y carreteras puntuadas de árboles desde las que admirar los torreones de los châteaux lejanos. Todo regado con vino. Esta región a 350 kilómetros de San Sebastián, guarda además de la cueva de Lascaux algunas de las pinturas rupestres más complejas del mundo. El pasado diciembre abrió Lascaux 4, una recreación exacta de la cercana cueva donde hace 20.000 años nuestros antecesores pintaron decenas de toros, ciervos y caballos. La original no admite visitas por las consecuencias del dióxido de carbono desprendido por los humanos. Asombra el detalle conseguido en las paredes recreadas. Al salir de la cueva se llega a un experimento de realidad aumentada tableta en mano que explica lo que se sabe de las pinturas...Momento de carretera para buscar algunos de los pueblos más bonitos de Francia. Bajo esta denominación se agrupan 155 pueblos con menos de 2.000 habitantes y al menos dos monumentos protegidos. Dos de ellos, Saint-Léon-sur-Vézère  y Saint-Amand-de-Coly, se encuentran a menos de un cuarto de hora de Montignac. Un poco más al sur se concentran otros pueblos con encanto a orillas del río Dordoña. El primero es Beynac-et-Cazenac. Sus calles de piedra se patean cuesta arriba para alcanzar el castillo del siglo XII que sitió Ricardo Corazón de León y que durante la guerra de los Cien Años fue la frontera anglofrancesa... Se puede uno acercar a cualquiera de los mercadillos de los pueblos que atraviesan la ruta propuesta, como el de Castelnaud-la-Chapelle, donde se alzan los conocidos châteaux de Castelnaud o el de Milandes ....Para contemplar la bucólica hilera de casas encajadas entre el río y un acantilado que supone la aldea de La Roque-Cageac  se puede alquilar una canoa o montarse en una de las gabarras que recorren los meandros de la Dordoña. Muy cerca crecen las esculturas arbusto del jardín de Marqueyssac que en lo alto de un risco mantiene ese toque francés aplicado al diseño de edenes....
Javier Galán. El Viajero. El País, viernes 3-03-2017

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