Cointreau, el licor de naranja más icónico de la coctelería, nos anima estas navidades a ser nuestro propio "barman" y crear cócteles margarita para los nuestros. Nadie quería perderse la fiesta si la anfitriona era Margarita Sames. Todos sabían que con la socialite neoyorquina el glamur y la diversión estaban garantizados. Fue en uno de esos fabulosos encuentros, a finales de los años cuarenta en Acapulco, cuando decidió alegrar a sus invitados con una mezcla de sus bebidas favoritas: Cointreau, tequila blanco y un toque de zumo de lima. "Porque un margarita sin Cointreau no vale ni su propia sal", zanjó la creadora de uno de los cócteles más famosos del mundo. Y no le faltaba razón. Este enigmático licor de naranja es el corazón de un buen cóctel, el ingrediente secreto de más de 350 refrescantes elixires. En estas navidades tan especiales, la marca nos invita a destapar la creatividad: convertirnos en nuestro propio barman para transformar cada reunión en casa en un momento memorable. Porque Cointreau ha conseguido lo que muy pocos logran: mantenerse fiel a su historia y reinventarse en cada mezcla. Creada en 1875, en la pequeña ciudad francesa de Angers, este vibrante licor naranja sigue obteniéndose con la misma receta centenaria que Édouard Cointreau legó a su familia. Incluso su botella ha transcendido generaciones, un icono de la coctelería que cautiva por sus intensas notas cítricas y afrutadas, así como por su insuperable frescor. Toda esta armonía de dulces y amargos se despliega de forma instantánea cuando añadimos Cointreau a un sencillo cóctel y lo convertimos en algo extraordinario. El toque secreto para brillar y brindar estas fiestas en casa.
ICON para Cointreau. El País, diciembre 2020
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