sábado, 19 de diciembre de 2020

Lille. Encantos del Petit París

En 2004 Lille recibió el título de Capital Europea de la Cultura, mención que resituó en el mapa artístico a una ciudad palpitante, creativa, estudiantil y con una vasta tradición industrial que hace de ella el motor económico del norte de Francia. Este 2020 ha ejercido de Capital Mundial del Diseño, distinción en absoluto gratuita, que está sirviendo para realzar sus muchas virtudes arquitectónicas. Con 230.000 habitantes, es una metrópoñi rica en patrimonio cultural, en cervezas artesanales y, por supuesto, en optimismo.

Entre barroco y art déco . Saliendo de la estación Lille Flandres, la Rue Faifherbe irradia un aura arquitectónica muy haussmaniana que explica por qué a esta zona se la llama Petit París. Si uno se gira para ver la estación, le resultará curioso saber que la fachada neoclásica es la de la antigua Gare du Nord de París, que en 1867 se trasladó aquí. La calle y la inercia conducen a la Grand Place, inmejorable preámbulo, pues condensa un mejunje de estilos que luego serán una constante. Aquí conviven arquitectura flamenca y el clasicismo más sobrio. La Vielle Bourse es un perfecto ejemplo del Barroco flamenco. Y el edificio que alberga el periódico La Voix du nord, de 1936, un claro paradigma del déco regionalista.

Atravesar la Bourse, a ser posible ya con un típico y dulce gaufre Méert en la mano, es ideal por dos motivos. En su patio lleno de bouquinistes y fleuristes nos entretendremoos mirando libros de viejo y jugadores de ajedrez, y la salida da a dos edificios históricos de Louis Marie Cordonnier: la Chambre de Commerce, de estilo neoflamenco, y, a la dercha, la Ópera, tan neoclásica.

Estamos a las puertas del viejo Lille, donde hay que callejear prestando atención a los numerosos reclamos: tiendas en plan moderno como Série Noire, ideal para ropa y complementos o Summer Camp, muy delicada su ropa de casa en lana del norte de Francia, y fachadas déco  como la del antiguo restaurante A L'Hutrière DE 1922, joya del arte publicitario con mosaicos aexteriores a cargo del atelier Gentil&Bourdet. 

Cerca queda la catedral Notre Dame de la Treille, sorprendente por la combinación de arquitectura gótica de su estructura y contemporánea de su fachada, pero aún más impactante en  el interior donde los juegos de luz y el mobiliario litúrgico contemporáneo profundizan en la mezcla de estilos (el llamado ecletismo lillois). Atención a bares icónicos de los alrededores como La Capsule o Le Kremlin...

Lille es también  ciudad de campanarios. El más impactante es el del Hôtel de Ville , en el barrio de Saint-Sauver. Declarado monumento histórico fue inaugurado en 1932. Proyectado por Emile Dubuisson al hilo de las corrientes déco, el interior y el exterior de este imponente beffroi de 104 metros de altura conforman un festival de detalles estructurales, de mobiliario, de materiales  y de buen gusto. Es obligado subir, hay ascensor. Entre otras cosas, a la vista queda el futurista barrio de Euralille, visionario proyecto de Rem Koolhaas, que entre 1990 y 1994 reinvento una parte residual de la ciudad en un centro de negocios a partir de la nueva estación Lille Europe, desde donde Bruselas queda a 35 minutos, París a 60 y Londres a 80. (...)

Desde Lille hay dos excursiones inevitables y que quedan en la misma dirección. A unos 15 kilómetros está La Piscine Musée d'Art et d'Industrie André Diligent en Roubaix, que contiene la piscina art déco más hermosa del mundo, construida por Albert Baert entre 1927 y 1932. Los bañistas han sido sustituidos por esculturas de primer nivel y destacan dos bustos de Camille Claudel. Villa Cavrois, de 1932, es la obra maestra de Mallet-Stevens, sin quien no se podría entender el movimiento moderno. Una obra sideral que integra paisajismo, interiorismo, decoración, mobiliario y una belleza de formas puras y juegos volumétricos ante la que rendirse...

Use Lahoz. El Viajero. El País, viernes 18 de diciembre de 2020.

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