Cristina Plazas es una de nuestras mejores actrices: de las más versátiles, capaz de pasar en cuestión de segundos de un estado de ánimo a otro. De humor a llanto. Ojos amplios, profundos. Voz oscura. A ratos me hace pensar en Carmen Maura. Qué claridad de modulación y sentimientos. Parece que estamos ante varias mujeres. Incluso habla consigo misma, muy al estilo Cocteau, con una convicción intensa, pero con toque de alcohol a lo Piaf, aunque sin canto. O con el eléctrico tedio de un personaje de Monica Vitti. "Dime qué hago con todo este amor. ¿Y en esta película de domingo por la tarde? Porque aquí dentro quema". Cómo se va rompiendo con una naturalidad constante. Una llamada de una compañera de trabajo. ¿Ella logra fingir una enfermedad, un resacón, un no saber por dónde le da el aire? (...)
En mis manos es una producción de La Brutal Mola Producciones y Temporada Alta. Los directores son David Selvas y Taida Matínez. El proyecto del equipo :"Explorar otros caminos para que el teatro llegue a los espectadores en estos tiempos de pandemia, para un público que está en sus casas, pero queremos que se sienta como en primera fila. Queremos levantar dos formatos. El primero, versión teatral en formato de una hora. Una actriz, un texto. El segundo, una pieza filmada de 40-45 minutos para verla online. Dos semanas de ensayos, pocos intérpretes, un equipo de rodaje muy reducido. Tres días de grabación"(...)
Me levanto para aplaudir a Cristina Plazas y a todo el equipo. He visto muchas versiones de La voz humana. Esta es una de las mejores.
Marcos Ordoñez. Babelia. El País, sábado 14 de noviembre de 2020.
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