Lo primero y más importante es no confundir este barrio con el vecino Marais, más turístico y mucho menos "cool" según "Time Out". Flanqueado por las estaciones de metro de Rambuteau, Temple y Saint-Sébastien Froissart, la zona atrae a los amantes de la comida con un toque de sofisticación gracias a restaurantes como Entants Du Marché. También acuden muchos jóvenes atraídos por la pujanza de galerías de arte como Suzanne Tarasieve, Thaddaeus Ropac o Le Carreau du Temple, enorme espacio multidisciplinar pensado para la creación, la difusión y la reflexión. Visitas que encajan con la compra de algún objeto asequible en la tienda conceptual Merci, que parece que nunca pasa de moda. Y cuando cae la noche, el cóctel reina en locales como Little Red Door, Bisou y Candelaria.
El Viajero. El País, 13 de octubre de 2020
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