A través de 130 imágenes realizadas por 14 fotógrafos internacionales, la exposición aborda diversos temas como la identidad, la intimidad y la sexualidad, pasando por los rituales, el voyeurismo y la performance. Los artistas observan el cuerpo humano cada uno a su forma, no por sus raíces diferentes, sino por sus entornos dispares. "Son cuerpos que miran a cuerpos y eso nos unifica a todos. La mirada de cada uno depende de muchos elementos de su vida. Pero lo que les une a todos es que tienen un lenguaje propio", explica la comisaria de la muestra, Montserrat Pis Marcos (Santiago de Compostela, 37 años). La llegada de la fotografía y su inmediatez logró captar cosas que quizá no serían accesibles con las técnica que existían anteriormente", explica.
En el tiempo que Magnum, creada en París en los años 40, ha estado registrando la realidad del mundo, el modo en que la sociedad se ha relacionado con el cuerpo humano ha cambiado en varias ocasiones, considera la comisaria:"Tienes multitud de formas de afrontar una imagen y eso se puede ver reflejado en la exposición". La agencia está normalmente vinculada al fotoperiodismo, sin embargo, surge para recuperar el control editorial de los fotógrafos que documentaban esa realidad, apunta Marcos. "Magnum tiene una faceta más artística de lo que creemos y está diversificando el tipo de fotógrafos que incluye"...
En el caso del fotógrafo francés Antoine d'Agata, su forma de acercarse al cuerpo es visceral. Está interesado en plasmar la vida de las personas que viven en los márgenes de la sociedad. "En vez de mirarlas desde fuera, él participa de una forma activa en medio de la acción. Utiliza la técnica del desenfoque que se relaciona con la identidad. Cuando has perdido todo es lo que te queda", reflexiona la comisaria...
Miguel Cantón. Madrid. El País, sábado 28 de noviembre de 2020.
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