P.- ¿Cómo eran sus padres?
R.- Gente agradable. Mi padre tenía un ultramarinos. Mi madre estaba muy traumatizada por la guerra y eso llevó a cierto silencio, una falta de comunicación... Quizás por ello lo primero que yo intenté hacer con mis hijos fue darles recuerdos.
P.-¿Desarrolló con ellos su conexión con la infancia?
R.- Sí, mis hijos fueron un descubrimiento enorme. Me sorprendió lo cerca que me sentía de ellos. Los disfruté mucho de pequeños. Empecé a hacer libros infantiles cuando nació el primero, Leo, que ahora es mi manager.
P.- De aquel primer libro, Cómo conoció Papá a Mamá (1994), ha dicho que ya contenía todo.
R.- La narración ocurre a través de un agujero troquelado. Las ideas existen entre las páginas. Y ya aparecían los puntos y la voz que interpela al lector. Además, está muy mal dibujado. No saber dibujar me ha hecho más creativo, tuve que encontrar mi propia solución para transmitir ideas evitando el dibujo, sin elefantes ni princesas... Fue una suerte, cree un vocabulario propio y muy preciso de puntos, líneas, manchas , arrugas o agujeros. P.- Además de 80 libros, publica juegos, hace talleres, exposiciones, performances. ¿Usted que es?
R.- Voy descubriendo mientras hago cosas. Fui publicista , ilustrador, autor de libros infantiles...,ahora digo que soy artista, pero tal vez soy también un actor que hago teatro.
P.- ¿Qué opina de la etiqueta de "literatura infantil"?
R,- La encuentro estrecha. No buscó las estanterías para niños cuando voy a una librería. Me interesa más el diálogo entre adultos y niños. Estoy más interesado en mí mismo. Pero la mirada de los niños es fascinante, lo acepta todo y ofrece una manera maravillosa de empujar tus límites...
Patricia Gosálvez . Madrid. El País, domingo, 15 de diciembre de 2024.
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