Una tienda de la firma Christian Lacroix. EP
"Nos ilusiona enormemente incorporar el legado y la imaginación de la Maison Lacroix a nuestro proyecto empresarial. Daremos lo mejor de nosotros para que el talento único de su creador y su invaluable aportación al mundo de la moda alcancen todo su potencial", señalaron, tras una transacción privada de la que no han trascendido cifras, según fuentes de STL .
Para la compañía -participada por los hermanos Jesús, Javier y Josefina Domínguez y por el grupo Puig- la adquisición supone, en sus propias palabras, asumir un legado de emoción, belleza y creatividad: "Las creaciones de Lacroix, nacido en Arles, encarnan en combinaciones espectaculares sus raíces provenzales, su pasión por la cultura española y su fascinación por el arte y el savoir-faire. Una constante en todo su trabajo que se refleja a través de una refinada capacidad para mezclar diferentes culturas y el amor por la artesanía y la teatralidad".
Tras la compra, fuentes del grupo, con sede en O Pereiro de Aguiar, han destacado la riqueza de archivos e historia de la marca de alta costura francesa.
La compra de la Maison Lacroix es un hito para Sociedad Textil Lonia, que nació en Orense en 1997 como un proyecto dedicado al diseño, la producción y la venta de colecciones de accesorios y ropa de mujer y hombre. Ha desarrollado sus marcas a largo plazo y de forma exclusiva a través de sus propias tiendas. En este momento, tiene más de 600 puntos de venta en 43 países y suma 2.500 trabajadores.
La operación supone que un grupo empresarial referente del ready to wear o prêt-à-porter (la ropa producida en serie, con un sistema de patronaje y en distintos tallajes, en una fábrica) se haga con un icono de la alta costura.
La casa francesa Christian Lacroix se declaró en suspensión de pagos en el 2009, en un momento en el que era propiedad del grupo estadounidense Falic, que la había adquirido cinco años antes al consorcio del lujo Louis Vuitton Moët Hennessy (LVMH). No han trascendido los detalles de la operación que acaba de cerrar el grupo gallego con Falic- cuyo dueño es el rey de las tiendas libres de impuestos-, pero supone que se convierte en propietario del nombre de la casa francesa y de sus archivos.
Considerado uno de los diseñadores más relevantes del siglo XX, su influencia y la admiración por su obra no fueron suficientes para combatir los problemas económicos de su firma, acrecentados en un momento de crisis económica. Presentó su última colección de alta costura en 2009 y cerró muchos de sus puntos de venta. Ha seguido vinculado al mundo de la moda, pero no a través de la marca que lleva su nombre. En todo caso, sí ha estado al tanto de la operación. "La familia española propietaria de STL, ha tenido la elegancia de ponerse en contacto conmigo antes del anuncio oficial de la adquisición. Probablemente nos reuniremos pronto de manera informal", declaró Lacroix a Vogue Business.
Orense. La Voz de Galicia, miércoles 8 de enero de 2025.
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