viernes, 24 de enero de 2025

Tempestad y empuje del Cirque du Soleil

Los espectáculos son organismos vivos: nacen, crecen y alcanzan su madurez plena si permanecen el tiempo suficiente en cartel. Tal puede decirse de Alegría, la obra más celebrada del Cirque du Soleil, dirigida en 1994 por Franco Dragone, representada durante dos décadas y reestrenada en 2019 en Montreal. Ejecutados por otros intérpretes, en una nueva escenografía, con un vestuario completamente diferente e iluminados de distinta manera, los números que se mantienen de la versión original cambian ahora de carácter, tono y color. Otros se han transformado de cabo a rabo.

Para muchos de quienes vimos alguna de las representaciones ofrecidas por Cirque du Soleil en la España de 1998, esta Alegría. In a New Light resulta una obra nueva, que deja mejor paladar, porque es más netamente circense, aunque no exista unanimidad al respecto, pues muchas personas que eran jovencísimas entonces guardan un recuerdo idealizado del que fue su primer contacto con el arte redondo por excelencia. Sin embargo, a la función de antaño cabe achacarle un exceso de narratividad, mientras que su celebrada  banda sonora resultaba harto almibarada para algunos paladares, cosa que no sucede con la adaptación musical de ahora, más nutritiva.

Poco importa que en las acciones teatrales situadas entre los números acrobáticos se siga atisbando el hilo de un relato, porque este tiene  escasa importancia: de hecho, la anécdota argumental  de Alegría solo se entiende después de leer alguna publicación donde se hace su exégesis. Los números, en cambio, no requieren explicaciones: entran por ojos, oídos y piel. Se entienden con el corazón. (...)

En Alegría hay un número ingrávido en el que rueda  Cyr pilotada por el francés Ghislain Ramage parece moverse por inercia. También acontece una vigorosa escena tribal de malabares con antorchas y con fakir, interpretada porFalakino Solomona Penesa, de Samoa. Suspenden el ánimo: una hoolahopera china, una contorsionista mongola que hace figuras cubistas consigo misma y una pareja  rusa aérea (Yulia Makeeva y Alexey Turchenko), que encarna por duplicado, suspensa en las alturas, el arquetipo leonardino de la proporción áurea.

Los payasos españoles Pablo Gomis López y Pablo Bermejo, luminosos y melancólicos, se meten al público en el bolsillo, como todos sus compañeros. Cada número es despedido con una ovación. El de dobles trapecios volantes venezolanos y brasileños quita el hipo y cierra la noche por todo lo alto.

Alegría, In a New Light. Puerta de Ángel. Madrid. Hasta el 16 de febrero.

Javier Vallejo. Babelia. El País, sábado 4 de enero de 2025.

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