domingo, 19 de enero de 2025

Una década después del atentado contra Charlie Hebdo

Michel Houellebecq: "Nada ha cambiado. El islamismo ha seguido avanzando, aunque la gente diga 'Nunca más' cada vez que a un profesor le cortan el cuello". El  7 de enero de 2015 prácticamente al mismo tiempo  que se perpetuaba el ataque reivindicado por Al Qaeda, el libro de Houellebecq, Sumisión, se ponía a la venta. Nos encontramos con él en un café del barrio de Denfert-Rochereau mientras François Bayrou puede convertirse en primer ministro de Francia. Entre las muchas profecías de Sumisión, tal vez no sea ésta la más inquietante.

P.- ¿Recuerda cuando terminó de escribirla?

R.- Realmente no recuerdo ese período. Cuando escribo un libro dejo de informarme por completo de lo que está sucediendo en el mundo. Hago una pausa en la información en el momento en que empiezo el libro. De lo contrario me estorbaría.

P.- Se aísla del mundo exterior pero lo capta todo.

 R.- Primero lo percibo. Pero en algún momento tienes que dejar de interpretarlo y decirte a tí mismo que los grandes cambios no se producen todas las semanas. Sin embargo, es cierto que ciertas cosas han cambiado. Han llegado nuevos migrantes. En ese momento no había chechenos ni afganos en Francia.

P.- Cuando terminó el libro ¿era consciente de que causaría controversia, de que era explosivo?

R.-Sí. Me llamó la atención el hecho de que cuando salí de Francia en 1999 no se hablaba en absoluto del islam. Y cuando regresé 12 años después solo se hablaba de esto, todo el tiempo.  Sabía que sería un libro explosivo. Tal vez no hasta ese punto, pero... sí

P.- La polémica por supuesta islamofobia comenzó incluso antes de que el libro  llegara a las librerías. ¿Qué le pareció?

R.- Los críticos no leen mucho los libros, en eso estamos de acuerdo, ¿no? En muchos aspectos, la presidencia de Mohamed  Ben Abbes (el jefe de Estado musulmán imaginado por Houellebecq ) es un éxito total. Y el proyecto de reconstitución del Imperio Romano es en sí mismo bastante grandioso, con la idea de incorporar a Marruecos y Turquía a la Unión Europea, de crear una especie de unión mediterránea europea. No es un proyecto estúpido en absoluto. En el libro el presidente es presentado como una especie de genio político. Es cierto, hablar de islamofobia es extraño. Y tras la publicación, me dije a mí mismo que el atentado contra Charlie Hebdo condicionó la forma en que el libro fue recibido. Para mí es un recuerdo un poco pesadillesco.

P.- Entiendo

R.- Algunas personas parecen haber nacido para estar en el centro de la Historia, para quedar atrapadas en el engranaje histórico. Para alguien que escribe libros, sin embargo, es algo completamente asombroso, impredecible y aterrador.

P.- Después de 10 años, cuando piensa en ese día, ¿cómo se siente? La mañana del atentado contra Charlie Hebdo fue la misma del lanzamiento de su esperado libro, que imaginaba una conquista islámica. Extraordinaria coincidencia.

R.- Sí, y si lo vemos al detalle es incluso peor. Philippe Lançon cuenta en su libro El colgajo que justo antes del atentado, en la redacción, discutieron sobre Sumisión. La mañana del atentado me entrevistaron en los estudios de radio France Inter y un periodista me reprochó groseramente  que exagerara el peligro que representaban los musulmanes. Así que fue algo muy violento.

P.- Y en el número de Charlie Hebdo que se publicó esa mañana había una reseña de su libro.

R.- Peor aún: ocupé toda la portada retratado como un mago. De hecho no me vi tan en plan profético, sino que creo que anticipe un fenómeno que ha ido a más progresivamente. Para que realmente hubiera un gobierno musulmán, los musulmanes tendrían que ponerse de acuerdo entre ellos. Sería posible en la forma en la que describo, sobre una base moderada. Pero por ahora, los musulmanes en Francia están divididos. Y luego los migrantes pueden variar según la época. Siempre se dice que los franceses fracasan en su misión de impedir que los migrantes lleguen a Inglaterra. No fracasan al 100% porque el barrio hindú de París (situado cerca de la Gare du Nord) era pequeño hace unos años y ha crecido. Hay quienes se quedan en Francia al no poder llegar a Inglaterra.

P.- El argumento central de Sumisión  es la importancia de la educación y la penetración del Islam en la sociedad a través de la Universidad. Una intuición notable, viendo lo que está sucediendo en los campus y universidades occidentales, particularmente después del 7 de octubre.

R,- Sí es cierto. Mi documentación es muy incompleta. Se basaba en paseos por el campus  Censier (París). De hecho detecté algunas evidencias. Había más chicas con velo de las que me había imaginado. Y algunos carteles que llamaban al boicot de las universidades israelíes y cosas así. Me dije a mi mismo, son pequeñas señales de algo. Era el año 2014. Y hoy esta tendencia se ha intensificado mucho.

P.- ¿Por qué, en su opinión?

R.- Por razones que no entiendo del todo. Cuando era joven, es decir hace mucho tiempo, los de la izquierda no eran antisemitas en absoluto. No podía ser, era impensable. Alguien debe de haber cambiado a la gente de izquierdas. Cuando yo estaba en la escuela secundaria había muchos trotskistas, sí, pero no habrían sido de Hamas.

P.- Y sin embargo, hoy las universidades están en el corazón de la cuestión del antisemitismo, en Francia y en Occidente.

R.- Este fenómeno tiene raíces que no entiendo del todo y que no conciernen a la izquierda. Por ejemplo, no creo que el anticapitalismo sea tan frecuente en Estados Unidos. Pero las manifestaciones a favor de Palestina son aún más fuertes allí. No hay duda de que subyace una forma de culpa occidental. Y Francia tiene una peculiaridad: Argelia. Se pone poco énfasis en que la guerra de Argelia fue nuestro último  acontecimiento dramático. Millones de personas llegaron a Francia, fue u éxodo masivo. Este es el origen de la extrema derecha moderna. No es Pétain, es Argelia.

P.- Hablando de Argelia ¿qué piensa  del caso Boualem Sansal, el escritor franco argelino encarcelado por delitos de opinión?

R.- Sansal es muy valiente y durante años me he estado preguntando ¿por qué se queda en Argelia? Hay una cierta grandeza en que permanezca en su propio país como un rebelde. Siempre pensé que en 1940 era más valiente quedarse en Francia que ir a Londres, por ejemplo, pero yo no tengo ese tipo de coraje...

Stefano Montefiori. Corriere della Sera, 8, 1, 2025.

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