jueves, 17 de diciembre de 2015

La Ilustracióm, arma contra el fanatismo

El historiador británico Anthony Pagden disecciona las claves de los ataques de los distintos fundamentalismos a la convivencia y reivindica los valores de la modernidad. La diana de los ataques extremistas es la Ilustración. Y la mejor defensa es la propia Ilustración. "Por mucho que sus valores estén siendo atacados por elementos como los fundamentalistas estadounienses y el islam radical -e incluso no tan radical-, es decir, por la religión organizada, sigue siendo la fuerza intelectual y cultural de Occidente. La Ilustración sigue ofreciendo un arma contra el fanatismo". Estas palabras del historiador británico Anthony Pagden, una de las voces más prestigiosas que ayudan a descifrar el mundo contempóraneo, llegan en un momento en que algunas fuerzas insisten en dinamitar la herencia del Siglo de las Luces. El planeta se ha convertido en un campo de minas de miedos. El penúltimo objetivo fue  hace un mes, de nuevo, París, la ciudad que vi nacer el proyecto de modernidad más importante del mundo occidental: la Ilustración... Anthony Pagden, profesor de Historia y Ciencias Políticas de la Universidad de California (UCLA), tras pasar por Oxford, Cambridge y Harvard, acaba de publicar La Ilustración. Y por qué sigue siendo importante para nosotros (Alianza). Es una continuación de La Ilustración y sus enemigos. Ensayos sobre los orígenes de la modernidad.  Y complemento de su imprescindible Mundos en guerra. 2.500 años de conflictos entre Oriente y Occidente. Un mundo afirma Pagden, donde "escapar a la religión como una forma de organización fue el paso verdaderamente original de la modernidad y de la Ilustración. Y esto no va a cambiar". ¿Cómo explicar los valores de la educación a quienes no creen en ella, además del papel esencial del desarrollo individual y colectivo? "Es un proyecto en incesante evolución. Proporciona una imagen del mundo capaz tanto de alcanzar cierto grado de universalidad como de liberarse de las restricciones de la clase de normas morales interesadas que ofrecen las comunidades religiosas y sus análogas ideologías laicas: el comunismo, el fascismo y, ahora, incluso el comunitarismo", asegura Pagden. Y agrega: "Es importante porque situó lo individual, lo frágil, lo mortal, y lo imperfecto en el centro del cosmos. Sin la Ilustración los avances de la civilización occidental habrían sido, quizá, no imposibles, pero desde luego muy lentos, desde la salud hasta internet"......
Wiston Manrique Sabogal. El País, lunes 14 de diciembre de 2015

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