martes, 8 de diciembre de 2015

París contra el saqueo de Mesopotamia


El Templo de Bel era el centro de la vida

religiosa en Palmira. En agosto, fue destruido.    
La ministra de cultura de Francia, Fleur Pellerin, solicitó este miércoles a la comunidad internacional la toma de medidas contra el tráfico de arte que está llevando a cabo el Estado Islámico. En la conferencia de la Unesco, en la que se dieron cita los ministros de Cultura europeos, Pellerin insistió en la importancia de evitar la destrucción del patrimonio sirio e iraqui. La entrada de Francia en la guerra contra la yihad ha obligado al ejecutivo de Hollande a plantear soluciones contra la financiación terrorista, y ello pasa por desmantelar el mercado ilegal de sus botines de guerra. El llamamiento a la protección del arte de los territorios invadidos por el Estado Islámico ha pasado relativamente desapercibido. Según Le Figaro, tan solo representa un 3,2% (unos 30 millones de euros) de la financiación total del grupo terrorista, frente al tráfico de petróleo, gas, fosfato y a las extorsiones, que juntos suman alrededor de 1.750 millones de euros. Pero las consecuencias del expolio son devastadoras. La región mesopotámica contiene los restos de algunas de las civilizaciones más antiguas de la historia de la humanidad. La riqueza cultural de la zona, por la que han pasado incontables pueblos a lo largo de los siglos, es inconmensurable. Su destrucción por parte del EI no es accidental, sino una deliberada estrategia para suprimir la identidad nacional y cultural de los territorios que toma. Palmira es la víctima más sonada. La joya arqueológica fue destruida en mayo, y su anfiteatro, usado para ejecuciones públicas. Pero no todo ha sido destrucción. Bustos grecorromanos y joyas procedentes de sus templos fueron encontrados en el mercado internacional del arte. El miedo a que lo acontecido en Palmira tenga continuidad ha llevado a Francia a ofrecer derecho de asilo a las obras provenientes de Siria e Irak. Esta propuesta incluiría la creación de un museo en el exilio en el Louvre. Las obras refugiadas en Francia serían expuestas en el icónico museo francés y los beneficios irían directamente a la recuperación del patrimonio nacional de los países invadidos por el EI. La iniciativa ya fue llevada a cabo durante la guerra de Afganistán, y se recaudaron 3 millones de euros que fueron donados directamente al museo de Kabul. "Gracias a la fotografía por satélite nos damos cuenta del saqueo en los sitios arqueológicos", explica en FranceInfo Jean-Luc Martínez, director del Louvre. "Vemos un gran número de huecos. Sabemos que Daeesh funciona como un Estado y que ha creado una especie de directiva de antigüedades. Autorizan un saqueo si no se paga"...
Alexandra Fernández. París. La Voz de Galicia, lunes 30 de noviembre. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario