sábado, 29 de octubre de 2016

Dos visitas en Île-de-France

Château de Monte Cristo y parque Alejandro Dumas. Todo aquel que haya visto la estupenda película L'autre Dumas, de Safy Nebbou, se hará una idea de la grandeza de esta mansión. Alejandro Dumas (1802-1870), uno de los escritores franceses más populares de todos los tiempos, mando construir este monumental château en una finca de nueve hectáreas en 1844 para homenajear a su propia gloria. Era la época de su apogeo. Siempre fue un maestro en el derroche, dilapidaba fortunas como escribía capítulos. En la fachada todo es poco: motivos florales, ángeles y tallas con los rostros de Homero, Shakespeare, Goethe y, por supuesto, el suyo propio sobre la puerta de entrada. En lo alto, sus iniciales y una de sus máximas más amenazantes:"J'aime qui m'aime "/Amo a quien me ama. En 1947, para la fiesta cremaillère (inauguración) invitó a más de 600 personas. Fueron muchas noches de fiesta y extravagancias entre mobiliario ostentoso, y también de conflictos como el que retrata la película con su colaborador Auguste Moquet, enfrentados por el amor de la joven Charlotte. Hoy las tensiones ya no se perciben, pero la visita al castillo y al parque dan cuenta de la grandiosidad que rodeó a Los tres mosqueteros. 
Casa natal de Claude Debussy. Galardonada con la distinción de Maison Illustre, aquí nació el 22 de agosto de 1862 Claude Debussy, compositor (entre tantas obras) del tríptico sinfónico La mer o el genial drama lírico Pelléas y Mélisande. Amigo de Satie, asiduo de las tertulias de Mallarmé, conquistador de mujeres y fan de Baudelaire, de los sapos y del mundo oriental. Sus objetos fetiche (partituras para su hija Claude Emma, sapos de bronce o de porcelana, numerosos retratos) llaman la atención al visitante fascinado con la iconografía personal de este último que consiguió romper con el clasicismo a través de una música de arquitectura enigmática y delicada que se ha etiquetado de impresionista. Ejemplo de conservación y transmisión de la memoria cultural de Francia, esta casa-museo expone parte de una vida y una obra llena de afinidades artísticas, buen gusto literario (Debussy adoraba sobre todo a Flaubert) y que evidencia, objeto tras objeto una época imprevisible, de creatividad y de ruptura.
saintgermainenlaye-tourisme.fr. El viajero. El País, viernes 21 de octubre de 2016

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