lunes, 3 de octubre de 2016

Jacques Becker

Jacques Bcker
Retrospectiva sobre el director francés en San Sebastián. Jacques Becker tuvo un gran maestro y un gran discípulo. El maestro fue Jean Renoir, el discípulo, François Truffaut. Becker fue ayudante de dirección de Renoir entre 1932 y 1937, a lo largo de ocho películas, algunas tan impor-tantes como Madame Bovary, Une partie de campagne, Los bajos fondos, La gran ilusión y La Marsellesa. Becker no solo aprendió con Renoir el oficio, sino que tomó algo de su mirada, de ese realismo poético o impresionista que ponía en pie personajes muy reconocibles tamizados por el humor. Ambos admiraron mucho a Eric von Stroheim -protagonista de La gran ilusión -, y Becker encabezó en 1957 el cortejo fúnebre del gran cineasta alemán. Quiso pronunciar un discurso de despedida, pero la emoción le impidió articular palabra....En su libro de memorias, Mi vida y mi cine (Akal), Renoir dice que cuando se conocieron, Becker representaba a la perfección todo lo que el detestaba: " la gran burguesía francesa, el conocimiento de los bares y la práctica de los deportes caros". Hablando con él descubrió, por debajo de esa fachada, a un tipo interesante y apasionado, que además de impartir su afición con el cine, tenía sus mismos gustos:"los coches deportivos, las máquinas de afeitar americanas y sobre todo el jazz"....Jacques Becker solo hizo 13 largometrajes en algo menos de 20 años, muchos de ellos basados en novelas  y algunos -Alí Baba y los cuarenta ladrones (1954) y Las aventuras de Arsenio Lupin (1957)-, de carácter más comercial y alimenticio, no estuvieron a la altura de sus mejores obras. Los amantes de Montparnasse (1958), melodramático y vigoroso retrato de los infiernos del pintor Amadeo Modigliani, fue la película que precedió a su última gran obra, a su testamento. La evasión (1960 ) basada en una novela de José Giovanni...."Minucioso, detallista, maníaco, nervioso y a veces dubitativo". Así definió François Truffaut a Becker . También dijo que era "intimista y realista, apasionado por la verosimilitud y la autenticidad cotidiana". Las opiniones de Truffaut se pueden leer en su libro Las películas de mi vida (Mensajero). En el Festival de San Sebastián, primero y en la Filmoteca Española, después, se podrá comprobar por qué Truffaut y sus compañeros de la Nouvelle Vague vieron en Becker a un autor y lo tuvieron como uno de sus maestros, como el antecedente más directo del tipo de cine que quisieron hacer e hicieron. 
Manuel Hidalgo. El Mundo, sábado 17 de septiembre de 2016.

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