martes, 25 de octubre de 2016

El estallido de color fauvista

La habitación roja. Henri Matisse
Salvaje, fugaz y decisivo. Así fue el fiero movimiento fauvista. La primera revolución plástica del siglo XX que convirtió al color en emperador de la pintura. Fue más allá que el impresionismo y sitúo la gama cromática en el epicentro de la obra de arte, muy por encima de la línea, el tema o la composición. Fue un feliz, salvaje y efímero estallido de color que se produjo en 1905 y duró apenas hasta 1907. Los fauvista, las fieras de aquella explosión cromática que removió los fundamentos del arte no fueron un grupo homogéneo ni se asentaron sobre un manifiesto. Eran amigos, artistas con intereses comunes y convencidos de que el color era la expresión máxima de la emoción, la libertad y la imaginación. Cambiaron, sin proponérselo, la historia del arte. Matisse fue el patriarca de ese movimiento que apenas duró dos años, pero cuya onda expansiva se dejó sentir a lo largo del siglo XX y llega hasta hoy. La fundación Mapfre lo revisa ahora en su gran exposición de la temporada, Los Fauves; la pasión por el color, abierta hasta enero. Reúne lo más brillante de la producción de este influyente y determinante movimiento que reivindicó la capacidad de la pintura  en sí misma como potente medio expresivo. En su completo recorrido cronológico Mapfre concentra en sus salas de Madrid más de 135 obras desplegadas en en cinco secciones. Hay un centenar largo de pinturas, numerosos dibujos, acuarelas, y una selección de piezas de cerámica, acaso lo más desconocido de la heteróclita producción fauvista. Es la primera gran muestra que lo aborda en profundidad en España y la más importante dedicada al fauvismo. Henri Matisse, André Derain y Maurice de Vlaminck son los tres audaces precursores y líderes luego de un movimiento liberador, polémico y exuberante, basado en la exaltación de los tonos puros. Se cocinó en el taller de Gustave Moreau y sitúo la independencia del color en el centro del debate artístico. Un planteamiento realmente revolucionario para la época. "Es la primera gran vanguardia artística del siglo XX", destaca María Teresa Ocaña, comisaria de la exposición.
Miguel Lorenci. Madrid. La Voz de Galicia, viernes 21 de octubre de 2016

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