lunes, 24 de octubre de 2016

Érase una vez Jacqueline y Fatah

El eufemismo "comedia amable" recoge la prioritaria intención de hacer pasar un buen rato al espectador, sin que el autor se sienta obligado a priorizar cuestiones de género ni estrujarse las neuronas para brindar por el buen cine. Basta con colocar la cámara con la rutina del funcionario que lo hace todos los días. La vaca es de esas, la segunda película del polifacético Mohamed Hamidi (educador , politólogo, bloguero, músico promotor de festivales...), francés de origen argelino que se inició en la dirección con 40 años y aquí nos cuenta la historia del granjero Fatah, que aspira a llevar a su vaca Jacqueline desde Argelia al Salón de la Agricultura, en París. Lógicamente, hay mucho cachondeo en su pueblo con el tema. Pero finalmente será admitido, embarcará hacia Marsella con el animal y juntos cruzarán Francia en una peculiar road movie pedestre, jalonada con peripecias orientadas a provocar sonrisas y, si se tercia, aflorar algunas emociones para dejar buen sabor de boca, que otra cosa no pretende Hadimi. Además del agradecido recurso al costumbrismo, en consonancia con la diversidad humana y geográfica, está el homenaje a un clásico de la comedia gala, La vaca y el prisionero (Verneuil, 1959), en la que el combatiente Fernandel, en su huida de los alemanes, se hacía acompañar de su querida Margarita, sin duda pariente lejana de esta Jacqueline. De la aventura pronto se apoderará el circo mediático y, en consecuencia, sus convencinos del Magreb podrán seguir puntualmente lo que vaya aconteciendo al granjero, como es natural ejemplar padre de familia que, simplemente, tiene un sueño. Más allá de lo forzado de algunas situaciones y de incidir en el buenismo, conviene destacar su apuesta por la tolerancia en tiempos de convulsión islamista y en un país que siempre ha destacado por la integración, la diversidad y la tolerancia. De modo que la rumiante y su dueño regresarán convertidos en héroes y agradecidos por lo bien que les trataron en la metrópoli. A veces, hasta reconfortan planteamientos tan simplistas.
Miguel Anxo Fernández. La Voz de Galicia, martes, 18 de octubre del 2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario