jueves, 27 de octubre de 2016

La vida insignificante, o tal vez no

Anna Gavalda
He aquí de nuevo a la francesa Anna Gavalda en su salsa. Gavalda cuenta con una legión de lectores en todo el mundo que valoran la calidad extraña de su prosa, la textura de frases que descubren la belleza intensa o la mediocridad de los días, sin alterar un equilibrio perfecto de sintagmas. Eso es, claro, el estilo; mantenido aquí en estos dos relatos, un díptico en realidad, donde los héroes cotidianos son Mathilde y Yann. La pasión por encontrar las segundas oportunidades que nos puede ofrecer la vida no es nueva en Anna Gavalda. En realidad es uno de sus argumentos habituales. Cómo la soledad, o la desorientación, o las condiciones del trabajo , o la ausencia de él, influyen en los lados más sensibles de la existencia.  Estas dos magníficas historias nos muestran a dos personajes en proceso de búsqueda, frustrados con el mundo. Un poco perdidos, cuentan en primera persona sus vidas paralelas, en las que nada sobresale ni brilla, pero en las que un pequeño detalle puede cambiarlo todo. Es Gavalda en su medio natural, en la novela corta, en el relato construido con piezas de lo cotidiano. Mathilde pierde su bolso (con diez mil euros) y cuando alguien la llame para devolvérselo, todo cambiará de pronto. Yann también hallará ese cambio en la pareja de Alice e Isaac, sus vecinos. He aquí un texto revelador de nuestro mundo, puro Gavalda, imprescindible, por tanto.
J.M. Giráldez .  El Coreo Gallego, domingo, 23 de octubre de 2016

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