Ana Tijoux |
A las nueve de la noche del lunes 13 de mayo de 2019, el patio de un bar de vinos de Santiago está repleto de gente que bebe y fuma bajo un frío pesado. Dentro, un sodinista prepara los equipos para el breve set de canciones que empezará en media hora. A un lado del patio hay una habitación. Dentro, una mesa cubierta de botellas vacías. Allí, chaqueta de cuero, calzas animal print, zapatillas Nike, está Ana Tijoux con sus músicos y tres amigas en un parloteo de excitación adolescente. Se ríe echando la cabeza hacia atrás y mostrando los dientes como si, más que reírse, se arrancara la ropa. Media hora después sube a la tarima que hace las veces de escenario y canta Mi verdad...Cuando el set termina sale al patio, busca un cigarrillo, se acerca a una pareja para pedir fuego. Son belgas y la chica le pregunta si es verdad que se irá a vivir a Francia.
-Sí, a fin de junio
-¿Y por qué?
-Buena pregunta. Un poco por amor y un poco porque ya tengo que cambiar un rato...
-Creo que está cansada- dice Jon Grandcamp desde París- Está la mitad del año de gira y creo que ya no quiere popularidad sino armonía. Así que venir a París va a ser muy bueno para ella. Aquí puede seguir con su carrera y regresar a Chile cuando quiera.
Jon Grandcamp es un baterista francés de 38 años . Desde febrero pasado es también el marido de Ana Tijoux, el hombre con quien ella y sus dos hijos vivirán en París...
Leila Guerreiro. El País Semanal, 23 de noviembre de 2019
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