martes, 16 de febrero de 2021

El desembarco del mecenas

Vista interior de la Bourse de Paris. Cúpula de la colección
de François-Henri Pinault. (Foto: Patrick Tourneboeuf) 

París sigue siendo una fiesta donde el idilio entre la moda y el arte se contonea, con mascarillas y sin remordimientos. Lo sabe bien François-Henri Pinault, paradigma del mecenas del siglo XXI, que ha decidido desembarcar con todo su arte a cuestas en su Francia natal. Que el propietario del conglomerado Kering (Gucci, Bottega Veneta, Balenciaga, Yves Saint-Laurent...) haya inaugurado su primer museo en el país que le vio nacer es toda una declaración de inteciones en el año de la resaca pandémica. ¿Por qué el patron de la primera división del lujo no contaba aún con un museo en casa? ¿Paradojas de magnate o el resultado de una solida esrtategia sin prisas?

En 2017, el Ayuntamiento de París cedió la gestión patrimonial por 50 años del edificio de la Bourse du Commerce/Cámara de Comercio, a Pinault. Enseguida el nombre de Tadao Ando, el alquimista japonés de la nueva arquitectura, aparece en los titulares como  único responsable  de la hercúlea transformación de un edificio presentado en sociedad durante la Exposición  Universal de París, en 1889.

Ni la ciudad, asolada por el silencio, ni siquiera la fatiga de las restricciones consigue derrocar el entusiasmo del equipo que encabeza su director Jean-Jacques Aillagon:"Pinault prometió encontrar el lugar perfecto de París para su colección. ¡Y aquí estamos!"...

El patio interior del edfício de la Bourse a cinco minutos del Louvre, ha forjado, con el paso de los acontecimientos su propia identidad. Durante años, y a la intemperie, fue escenario de los regateos de los comerciantes de la época para fijar el precio del maíz. Con el fin de conservar el grano, la rotonda se cerro en 1783 bajo la gran cúpula.

"Pinault mantiene una sólida complicidad con Tadao Ando, que ya se encargó del proyecto de la Île Seguin y de la remodelación del Palazzo Grassi, Punta della Dogana y del Teatrino, en Venecia", sostiene el director del museo. La proeza minimalista del maestro nipón se cristaliza en torno a 6.800 metros cuadrados donde el patio central, adornado con un inmenso mural del siglo XIX, funciona como espacio expositivo. Al cierre de esta edición quedan en el aire enigmas por resolver, que azuzan las grandes expectativas ante tamaño desembarco: "Desvelaremos la programación el día de la apertura. Puedo adelantar que se mostraran 32 artistas y cerca de 200 obras, que abarcan todos los géneros, identidades y territorios", cuenta Aigallon. La pregunta sobre si el proyecto busca hacer sombra a la Fundación Vuitton, el museo parisino que inauguró en 2014 el otro gran magnate de lujo, Bernard Arnault, es inevitable. Aillagon se muestra rotundo: "El patrimonio contemporáneo de Pinault abraca unas 10.000 obras. Su enfoque está libre de corsés y se nutre del deseo de compartir su pasión con el mayor número de personas". Y culmina: "Eso sin mencionar el espacio, una proeza arquitectónica. Es una perspectiva, única del arte contemporáneo; como dirían los alemanes, una obra de arte total.

Sara Morillo. SMODA. El País, enero 2021

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