miércoles, 17 de febrero de 2021

El mejor momento para dejarse sorprender por el patrimonio de Compostela

Las barreras al avance del covid han obligado a dejar aparcadas las maletas. Se cumple un mes desde que se endureció el cierre perimetral en Compostela y solo se permiten los desplazamientos dentro del territorio municipal. Pero a falta de grandes viajes, queda mucho margen para descubrir nuevos rincones sin saltarse las medidas. De hecho, esta podría ser una oportunidad única para conocer el abundante patrimonio que alberga la ciudad y muchos tesoros que están al alcance de la mano...

Si hay una visita ineludible estos días para los compostelanos es a la Catedral, llena de sorpresas tras su restauración interior y sin colas, para disfrutar sin prisas ni aglomeraciones del conjunto histórico-artístico recuperado. 

El altar mayor de la catedral de Santiago. EFE

Al atravesar los muros de la Catedral la vista se dirige automáticamente hacia arriba, a través de las columnas policromadas. Donde antes había una bóveda gris producto de las filtraciones y humedades, ahora hay una escena colorida. Un batallón de ángeles -combinados con motivos jacobeos, de la ciudad y la peregrinación- se abren paso en una representación del cielo y de la historia de Santiago. Nadie podría imaginarse una concha gigante en el ábside hasta que la haya visto con sus propios ojos, y es solo un pequeño detalle de una gran intervención que permite apreciar de nuevo un diseño de los siglos XVII y XVIII oculto hasta ahora. Tampoco se podía adivinar el número incontable de querubines que había escondidos o que la figura del Apóstol guerrero que culmina el baldaquino, espada en mano, cabalgada sobre un caballo blanco (el deterioro de la policromía lo había oscurecido), respondiendo al imaginario colectivo.

Ahora podrán distinguir también que el Santiago peregrino sujeta un bastón dorado, y lo que parecía una sobria vestimenta marrón, está ornamentada. Una curiosidad es que las cabezas de los cuatro reyes que lo rodean estaban intercambiadas. La plata y oro (de hasta 23 quilates) del conjunto barroco irradian una luminosidad a esta catedral rejuvenecida y deslumbrante. La magnitud de la obra es más abrumadora que nunca y, salvo en horario de culto (la misa del peregrino a las 12 y a las 18 horas), estos días no hay que sperar para entrar y pararse a contemplar lo nunca visto.

P. Calveiro. La Voz de Galicia, domingo 14 de febrero de 2021

  

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