Mientras medio mundo vive en chándal, la alta costura resiste como el último reducto de la magia. Aún así rebaja su grandilocuencia en un intento de apelar a sensibilidades más actuales: desde las gabardinas y bermudas que pudieron verse en la futurista colección de Valentino, hasta propuestas como la de Armani, que buscan asociar la haute couture a conceptos en principio tan alejados de su discurso como el reciclaje: "He involucrado a las celebrities en un nuevo plan: no más creaciones para ser vestidas una única vez, con el consiguiente desperdicio de habilidades y recursos. Mis piezas son atemporales y pueden llevarse n muchas ocasiones", defiende el diseñador italiano.
De momento, el presente se dibuja sombrío, LVMH, el conglomerado de empresas de lujo más grande del mundo, presentó el pasado martes sus resultados financieros de 2020. Los ingresos de la compañía cayeron un 17% y sus beneficios netos un 34%... Virginie Viard, directora artística de Chanel, aligera las siluetas de su predecesor, Karl Lagarfeld, en busca de opciones más compatibles con la vida de una mujer del siglo XXI...
Pese al formato digital de estos desfiles, la conexión con el público es en general débil. Falta emoción... En el camino hacia su redefinición, la alta costura se sitúa esta temporada en una transición tan tímida como insustancial...
Carmen Mañana. Madrid. El País, jueves 28 de enero de 2021
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