martes, 23 de agosto de 2022

Poesía manual y ancestral

De su colaboración con Louis Vuitton: la 
 envolvente silla Bulbo. (Lela Beltrâo)

Humberto y Fernando Campana diseñan mobiliario, esculturas y escenografía. La obra de los dos brasileños está en el MoMA y el Pompidou. Ahora han colaborado con Louis Vuitton. Si la pequeña ciudad en la que crecieron los hermanos Campana no hubiera tenido un cine, las vidas de estos dos brasileños de renombre internacional serían otras y radicalmente distintas. Quizá se ganarían la vida con el derecho y la contabilidad. Y la butaca Vermelha  o el sillón Favela no existirían. Pero la películas se convirtieron en el antídoto contra el aburrimiento en Brotas, una ciudad rural, pequeña y conservadora a 250 kilómetros de Sao Paulo. A través de la pantalla grande y en sesiones matinales o nocturnas, universos lejanos se asomaban a sus vidas, ya fuera el neorrealismo italiano, Kubrick, Polanksi o los filmes brasileños. Aquella sala que de milagro aún existe era una ventana al mundo.

Cuentan los hermanos en su estudio en Sao Paulo, que crecer en un ambiente tan tedioso les obligó a buscar vías de evasión desde críos. Empezaron así a construirse, literalmente, sus propios mundos y a sentar las bases de su carrera en el diseño que Humberto, de 69 años, y Fernando, de 61, comenzaron a forjar hace décadas. "Éramos las ovejas negras y nos convertimos en el orgullo de la familia", exclama el menor de ellos.

 Tienen piezas expuestas en el MoMA, el Pompidou o en el Vitra. Han trabajado con Alessi, diseñado tiendas para Camper y una de sus colaboraciones más recientes es con Louis Vuitton, para la que han creado varias piezas exclusivas. Paradójicamente, en su Brasil natal se hicieron conocidos lejos de los círculos más privilegiados. Fue gracias a una colaboración con Melissa, una marca de sandalias de plástico, todo un must  en climas tropicales...

Sus obras combinan estética y funcionalidad. Pero confiesan que a la hora de crear empiezan por la primera. "La estética siempre viene la primera. Como suelo decir, la poesía es breve, y la matemática, formulada. Entonces llega a la función y ahí vamos perfeccionándolo. A veces empezamos creando un objeto para ser una silla, pero probablemente tiene una función mejor como estante o librería". Entres sus inspiraciones, el tropicalismo y tres compatriotas: Oscar Niemeyer, el arquitecto que ideó y logró construir Brasilia; el paisajista Burle Marx y la arquitecta nacida en Italia, Lina Bo Bardi, homenajeada en la última Bienal de Venecia. "Yo solía decir: Quiero ser como ella, quiero tener esa mirada extranjera sobre mi cultura, sobre mi país", cuenta Humberto.

Fue la fantasía, la poesía, la estética, lo que atrajo a Louis Vuitton e hizo que germinara su colaboración con esta marca global del lujo, explica. "Trabajar con ellos es un gran aprendizaje, es como un juego de vóley. Nosotros les damos el concepto, el equipo nos lo devuelve siempre mejorado y así vas aprendiendo. Creo que trabajar con Louis Vuitton ha sido para mí una especie de máster. Proyectar cada detalle, una simple cremallera, son discusiones y discusiones vía Zoom", afirma el mayor de los hermanos Campana.

Para Louis Vuitton han creado varias piezas de la colección Objets Nomades: el delicado sofá Bomboca -inspirado en un dulce brasileño-. que combina cuero y terciopelo en dos tonos que en la versión roja recuerda a aquel de los labios diseñado por Salvador Dalí: la envolvente silla Bulbo, inspirada en una flor tropical, una relectura del sillón balancín Cocoon. Todas piezas de edición limitada, 30 en cada color...

Najara Galarraga Gortázar. El País Semanal, 26 de junio de 2022.

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