viernes, 26 de agosto de 2022

"Todo aquello del Je t'aime me queda muy lejos"

Jane Malory Birkin (© Martial  Trezzini/AP Photo/Picture alliance)

Pocos nombres van tan asociados a un legendario encanto como el de Jane Birkin. Desde la deslumbrante jovencita que irrumpió con un glamur innovador y rompedor en los años sesenta y formó una de las parejas más icónicas de todos los tiempos con su amante y mentor Serge Gainsbourg, hasta la mujer madura que sigue reinventándose en discos y conciertos, Birkin, la Birkin (Londres, 75 años), modelo, actriz de cine y teatro y cantante, no ha dejado de cautivar a lo largo de medio siglo. La chica que enamoró y escandalizó rompiendo normas y tabúes y exhibiendo un cuerpo y una personalidad tan diferentes a lo acostumbrado es hoy una abuela de cinco nietos, que ha afrontado una leucemia y ha sufrido un ictus (en septiembre pasado) pero que sigue volviendo a los escenarios con su mito intacto y hasta acrecentado.

Hoy inaugura en Madrid (Patio Central del Conde Duque) la programación musical del festival Veranos de la Villa y el martes se presenta en el festival Grec de Barcelona (anfiteatro), con un concierto centrado en su último disco, Oh, pardon tu dormais..., el primero en 12 años con material nuevo. Jane Mallory Birkin (con ese segundo apellido no es raro que haya llegado tan alto) atiende a El País por teléfono y es difícil no tragar saliva al escuchar la voz anonadado al mundo y hemos hecho el trayecto juntos cantando y gimiendo junto a Gainsbourg el Je t'aime... moi non plus, el temazo que resultaba tan embarazoso en las pistas de baile.

La última vez que participó en el Grec, en 2003, fue aquel espectáculo de canciones de Gainsbourg interpretadas con aires arabizantes y cíngaros, había un momento en  que salía n traje rojo maravilloso. "Arabesque, ¿te acuerdas?, el show era una producción de mi amiga Gabrielle Crawford conla que hicimos también un libro fotográfico Attachements, con prólogo de mi amigo Olivier Rolin. Este concierto es distinto, el disco es también más pop-rock, está basado en textos míos de una obra de teatro que escribí y representé hace muchos años sobre una mujer que no puede dormir y despierta al hombre a su lado para hablar con él. Mi amigo el cantautor y productor Etienne Daho me convenció para convertir los textos en canciones, que luego han tomado direcciones distintas, hacia tas más personales y hemos hecho el trayecto juntos, incorporando también a Jean-LouisPierot", cuenta.

Hay algo de banda sonora de su vida, un poso que parece muy íntimo, con algunas canciones perturbadoras como Cigarettes, con referencias al suicidio en 2013 de kate, su hija con el famso compositor John Barry, o Les jeux interdits, con esas niñas que juegan en un cementerio y entierran animalillos muertos y muñecas. Ausencias, tristezas, rupturas sentimentales, el tiempo que pasa, también la búsqueda de un bálsamo para las heridas. Jane Birkin, se entristece al otro lado de la línea y habla susurrante de la muerte de su padre, "mi querido papá". David Birkin, al que perdió, recuerda, el 8 de marzo de 1991, pocos días después de la muerte del otro hombre más importante de su vida, Serge Gainsbourg, el 2 de marzo...  

¿Piensa en Serge Gainsbourg? "Siempre", responde sin dudar un momento. "Es el mayor escritor francés de su época. A la altura de Apollinaire y Baudelaire. Con muchos parecidos con Boris Vian. Todos los que han venido después han estado influidos por él. Era un hombre extraordinario. Y muy divertido. Tuve mucha suerte con él, me lo enseñó todo". Y él con ella, que mira que era feo, con esas orejas y su lado Hyde. Gsinsbarre. "¡No,  era muy sexy! Me encataba su torpeza, su timidez, su vulnerabilidad, su humor y su inteligencia". Juntos tuvieron a Charlotte Gainsbourg.,,

El Je t'aime no lo canta en conciertos,  ¿lo canta en la ducha? "¿Cómo dices?". En la intimidad, es decir. Jane Birkin vacila, entre divertida y sorprendida.  "Lo del Je t'aime me queda muy lejos también. Fue una canción que provocó muchas reacciones, el Papa y la BBC la prohibieron, nunca pensamos que fuera a convertirse en un himno a la libertad"...

Jacinto Antón. Barcelona. El País, domingo 17 de julio de 2022

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