jueves, 11 de enero de 2024

"Una hora de fervor"de Muriel Barbery: aceptar el desafío de vivir

Rose acaba de quedarse huérfana por segunda vez. La primera fue a los treinta y cinco cuando su madre se suicidó. Entonces Rose sabía que en alguna parte del mundo vivía un hombre que era su padre. Sabía que era japonés, sabía que era rico y sabía su nombre: Haru Ueno. Nada de eso le importaba. Nunca se habían conocido. Ni pretendía hacerlo. Ahora, cinco años más tarde, Rose recibe la llamada de un notario. Su padre ha muerto y ha dejado un testamento para ella. Si desea conocerlo, no tiene más opción que viajar a Japón. Pero esta es otra historia. Otro libro. En su nueva novela, la escritora Muriel Barbery no ha elegido a Rose como protagonista, sino a su padre.

Dos años después de la publicación de Una rosa sola (2021), que recoge el catártico viaje  y la estancia de Rose en Japón, Muriel Barbery regresa a las librerías con Una hora de fervor (Seix Barral, 2023). Una precuela en la que la escritora retrocede en el tiempo y cede la narración a Haru Ueno, quien relata sus seis decenios de vida en apenas 280 páginas. Seis decenios de vida que el japonés cose entorno a tres hilos principales: el arte, la amistad y la paternidad frustrada de Rose, a quien su examante le prohibió acercarse incluso antes de su nacimiento..

Lo primero que llegó fue el arte. Haru no podría haberse dedicado a otra profesión. De vocación contemplativa, creció observando la inmensidad del paraje natural en que vivía: las montañas de Takayama, conocidas como la joya de los Alpes Japoneses. Ahí entrenó su aguda mirada. Cada mañana Haru se dedicaba a mirar minuciosamente la forma de las rocas, de la tierra, del agua, de la madera. De todas ellas extraía belleza, en todas ellas se inspiraba. Fue en ese sagrado lugar donde el joven japonés decidió que se convertiría en marchante de arte. Y que, además triunfaría. Por su buen ojo para los negocios y para la gracia. "Carezco de talento -decía Haru- pero tengo mucho gusto". El mismo buen gusto que distingue a su creadora.

En Una hora de fervor, Muriel Barbery  utiliza la exquisita voz de Haru para realizar una oda a la cultura japonesa y lo hace siempre fiel a su estilo: una escritura poética pero que a su vez es ligera y fluida. Algo que consigue a través de frases breves y concisas sin dejar de deleitarse en todos los detalles. Porque revela trabajo y exigencia en cada página de esta novela. La escritora deseaba transmitir  lo mucho que significaron para ella los dos años de residencia artística que pasó en la Villa Kujoyama de Kioto. Al terminar su estancia en la villa y la escritura de Una rosa sola, Barbery se dio cuenta  de que aún no podía desprenderse  de esa historia. Ni de sus personajes...

La importancia que para Haru tiene la amistad -el segundo gran hilo de su vida- hace que esta se convierta  en la columna vertebral del libro. Y en la encargada de sostener la trama, y también al japonés, cuando aparecen los infortunios del destino.

Si, como defiende Muriel Barbery en una entrevista para Actes Sud, la ficción es una herramienta que nos ayuda a entender lo que  no podemos comprender por otros medios, esta novela ha servido a la autora para poner en palabras un sentimiento tan abstracto como la pérdida simbólica de su tercer y más importante hilo, su hija Rose, a la que siempre se refiere en su relato con una melancolía desgarradora... Y después, el protagonista enfrenta la pérdida física con la llegada de diferentes muertes repentinas en su entorno...

revistamercurio.es, 27 de diciembre de 2023. 

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