sábado, 13 de enero de 2024

120.000 firmas para salvar las vidrieras de Notre Dame

¿Con o sin pizca de modernidad? una petición con más de 120.000 firmas ha abierto una nueva polémica para la reconstrucción de la catedral de Notre Dame, que volverá a abrir sus puertas el 8 de diciembre de 2024. La renovación del templo gótico, cerrado desde el gran incendio de abril de 2019, afronta su recta final. Pero el anuncio del presidente francés, Emmanuel Macron, de la sustitución de seis vidrieras por unas más modernas ha empañado el último tramo de las obras. Los firmantes argumentan que sustituirlas rompería la "unidad arquitectónica" del monumento.

La petición lanzada el 10 de diciembre por el historiador del arte y periodista Didier Rykner, se refiere a los vitrales diseñados por Viollet-le-Duc, responsable de la restauración de la catedral de mediados del siglo XIX. Están situados en la parte sur de la nave y no se vieron afectados por el incendio que destruyó la aguja del templo y parte del tejado. "Las vidrieras de Notre Dame diseñadas por Viollet-le-Duc fueron creadas como un todo coherente. El arquitecto quiso ser fiel a los orígenes góticos de la catedral", escribe  el reportero, fundador de la revista La Tribune de l'Art.

Durante su última visita a las obras, el 8 de diciembre, Macron anunció la creación de un museo que estará cerca del templo y tratará sobre su historia y las obras de arte que alberga, así como la organización de un concurso público para elegir a un artista contemporáneo para diseñar los nuevos vitrales. La idea de sustituirlos y, de paso, añadir una "marca del siglo XXI" al templo no solo proviene del mandatario, sino de la Iglesia francesa. En una carta, el arzobispo de París, Laurent Ulrich, había expresado al dirigente galo su "deseo" de que el Estado encargase "una serie de seis vidrieras para las capillas laterales de la nave".

Las críticas, sin embargo, se dirigen sobre todo hacia Macron. "¿Quién ha dado mandato al jefe del Estado para modificar una catedral que no le pertenece a él sino a todos?", se preguntan los signatarios de la petición, que suma nuevos apoyos cada día. No es la primera controversia que se desata con relación a la reedificación del monumento, que antes de su cierre atraía a más de 12 millones de visitantes al año.

La reconstrucción de la emblemática aguja  de 93 metros, diseñada también por Viollet-le-Duc, despertó pasiones entre los que querían mantenerla igual y los que preferían innovar. Finalmente se hizo de manera idéntica a la original. (...) La polémica del momento se centra, no obstante, en los vitrales con motivos geométricos de Viollet-le-Duc. Rykner denunció en un artículo que reemplazarlos en esa parte de la catedral es cometer un acto de "vandalismo". El periodista, conocido comentarista del patrimonio arquitectónico francés, subrayó que no se opone a insertar creaciones contemporáneas en edificios antiguos, pero que en este caso no existen razones válidas para retirar las vidrieras. Los vitrales, destaca, "son parte integrante de la obra del arquitecto y sobrevivieron al incendio". Retirarlos "dañaría el equilibrio de la luz"...

Sara González. París. El País, jueves 4 de enero de 2024.

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