Willian Christie. Foto: Vincent Pontet |
Nos van a ofrecer, seguramente con su destreza habitual una obra que se ha escuchado en Madrid y otras sedes con bastante frecuencia, algo que no importa lo más mínimo teniendo en cuenta su valía: The Fairy Queen, una semiópera de Henri Purcell de 1692 basada en partes de El sueño de una noche de verano de Shakespeare. So apuntes, momentos sin una expresa ilación que van engarzados en una progresión que es dramáticamente estática pero que da lugar a una auténtica exhibición vocal e instrumental. Se emplea mucho material de signo popular brillantemente orquestado y sujeto a los cánones más puros del mejor canto. Contrapuntos, fugati, solos del más diverso signo, proveen abundante lucimiento.
En la trama tan variada y colorista, aparecen arias de gran valor musical, como la bellísima See, even Night herself is here, que discurre sobre un lecho de violines con sordina en un dulce Si bemol mayor y 312, en la que la soprano (Noche), en elevada tesitura, desgrana lentamente el poético texto; o como la no menos hermosa One Charming Night, escrita para voz de tenor y flautas obligato en 3/4 y misma tonalidad. La línea de esta llamada a las delicias nocturnas es pausada y sencilla, pero se suele ornamentar, siempre dentro de la expresión "secreta" que pide el pentagrama.. En este breve resumen debemos citar asimismo el coro con voz de soprano solista, Now the Night is chas'd away, delicioso himno nocturno a la mayor gloria de Oberon...
Arturo Reverter. El Cultural, 12 - 1- 2024.
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