viernes, 26 de junio de 2015

Anaïs Naín

Anaïs Nin y Henrry Miller
Fue uno de los seres más independientes de la literatura de la primera mitad del siglo XX. Las 15.000 páginas de sus diarios son un monumento de libertad. Fue amante a la vez de Henry Miller y su mujer, pero su relación más insólita es la que mantuvo con su padre 20 años después de que la abandonara. La lectura de su obra aún genera admiración y convulsiones. Cuando nació en Neully-sur-Seine (Francia), en 1903, las vanguardias estaban por estrenar y en  casa la música salía dando gritos. Era hija de dos artistas cubanos, la cantante Rosa Culmell, de padre danés, y el compositor y pianista de origen catalán Joaquín Nin. La infancia fue una trashumancia entre Cuba y Europa según la agenda de los padres . Y fue inocente o feliz hasta que a los 11 años el padre los abandonó para casarse con una de sus alumnas. Aquello supuso el primer desafío intempestivo para la buena de Anaïs. La madre  embarcó a los tres churumbeles rumbo a Nueva York. y en la travesía la niña rompió a escribir un diario que no abandonó hasta el final de sus días, convertido hoy en el Talmud agnóstico de una mujer que experimentó con sus instintos y se alojó en el escándalo."El diario empezó como un relato de viaje, en el que se consignaba todo para que pudiera ser leído por mi padre. Lo escribí para él. En realidad era una carta para que pudiera seguir nuestros pasos en tierras extrañas, para que supiese de nosotros. También sería una isla en la cual refugiarme, pensar mis pensamientos, aferrarme a mi alma, a mí misma."Aquel ejercicio sumó al final de su existencia más de 15.000 páginas mecanografiadas. Más que un diario era un refugio. Una droga. A los 19 años se ocupó como modelo y bailarina de flamenco en Manhattan. Huroneaba por la ciudad y los libros con un ansia desmedida de gente y de mundo. Era la chica más independiente del lugar. Escribía en sus diarios del conflicto de ser mujer en una sociedad desmedidamente testicular y ya era escritora. En ese tiempo visita La Habana invitada por su tía, Antonina Culmeell, que buscaba para ella un marido rico que aliviase la carga económica que desde el abandono le suponían Anaïs, su madre y sus hermanos. Se enamora del banquero Hugo Guiler con el que se casa y se establece en París en 1924..... 
Antonio Lucas. Heterodoxas. EM2 Cultura. El Mundo, domingo 7 de junio de 2015.

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