Pont Saint Michael de A. Blanchard |
Proust y su búsqueda del tiempo perdido es el referente en la lucha contra el olvido. para llegar a la experiencia del tiempo puro (Maurice Blanchot). Si para Proust el detonante del recuerdo es el olor de de la magdalena en la taza de te, en casa de la tía Léonie, para Modiano es la topografía de la ciudad la que hace surgir el recuerdo. Algo semejante a lo que he vivido en mis frecuentes viajes a París. Cuando era muy joven, recién terminados mis estudios, casi siempre sola, buscando en sus barrios, rastreando sus calles lo que había leido en los libros, en esa primera etapa en el Quartier Latin, en Saint-Germain-des-Prés, en Montparnasse, lectora voraz, entonces, de Simone de Beauvoir, Sartre, Camus. En la treintena, ampliando el mapa al mismo tiempo que mis lecturas, la rive droite, tirando de mi marido, mucho menos entusiasta que yo de estos paseos, que solia esperar tranquilo en una terraza a que finalizase mis empresas detectivescas, plano en mano, guiada por autores y personajes. Desde entonces acompañé muchas veces a grupos de alumnos que siempre recuerdan nuestras correrías tras los secretos de París. Tengo un París interior, sus puentes, sus jardines, sus museos, asociados a personas, a momentos felices, alguna pena... Algo que comparto no solo con Modiano sino con todos los que amamos como se ama a París.
Mi amigo Vincent Guichenuy, un joven profesor de matemáticas, muy interesado por España y su cultura, al que conocí hace unos cuatro años, en mi último intercambio con alumnos en la pequeña ciudad de Tartas, hoy profesor en Dax, seguidor de este blog, al que agradezco mucho sus comentarios, siempre esclarecedores para mí, me sorprendió cuando me dijo sentir ecos modianescos en mi primer texto de esta segunda etapa del blog, De nuevo con vosotros. Su apunte me hizo ver la obra de Modiano desde un punto de vista más universal, no es su historia la que nos cuenta una y otra vez, es la historia de todos nosotros en busca de nuestra pasado, de nuestra identidad y en particular de aquellos que hemos sufrido una pérdida, que ha dejado una de esas heridas que ha condicionado nuestras vidas.
Modiano cierra su Discurso de Estocolmo así: "La vocación del novelista ante esta gran página del olvido, consiste en hacer resurgir algunas palabras semi borradas, como icebergs perdidos en la deriva del océano". ¿Es esa la razón de este blog, su origen? Escribir y dejar que en la escritura surjan mis desparecidos, se asomen entre estas líneas las personas que siguen estando sin estar, las que mientras yo esté no harán verdad el verso "El olvido que seremos".
Carmen Glez.Teixeira
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