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"Con la Ilíada en la mano, cruzaba la clase declamando con emoción sus versos, directos a mi corazón". |
Desde hace un mes ha vuelto a las páginas de los periódicos el debate sobre reválidas sí, reválidas no. El desencuentro entre autoridades educativas, asociaciones de padres, padres a título personal, partidos y plataformas políticas sobre el desarrollo de la Lomce, ley aprobada en el Parlamento es enorme. Se ha convocado hace unas semanas una huelga de estudiantes en un momento de incertidumbre política con un gobierno en funciones... Hoy mismo el ministro de Educación, todo sonrisas hasta ahora, saludado como dialogante por la oposición nos recordó en el telediario que "las leyes son para cumplirlas". Los profesores, en general, asistimos mudos al espectáculo. Bastante tenemos con cumplir, además de con nuestras clases, con todas las instancias que nos impone la administración que ha entrado en una loca espiral de lo pedagógicamente correcto, hasta extremos rídiculos como la jerga de la nueva terminología, veánse los índices de las nuevas programaciones. Y lo grave es que no solo ocurre en España, esta enfermedad de los tecnócratas de la educación se extiende por Europa sin que veamos la más mínima incidencia en la mejora de los resultados escolares. Hoy los profesores no solo hemos perdido gran parte de la confianza que los padres nos otorgaban, sino que nos hemos convertidos en sospechosos frente a la administración de no estar al día no en nuestro saber, pero sí en nuestro saber hacer. La tiranía de la pedagogía. Siempre estuve persuadida que, cuanto mayor es el saber, mejor es el saber hacer.
Todo llega cuando tiene que llegar. Un artículo de Alicia Delibes en Libertadigital.com, (25-4-2016)"Los Desheradados", título del libro Les Déshérités de Xavier Bellamy, pone el dedo sobre la llaga. Les Désherités ou l'urgence de transmetre, éditons Plon, 2014/ Los desheredados o la urgencia de transmitir. Un título que lo dice todo y sobre el que volveremos. Una denuncia del nuevo enfoque del papel de la educación dirigido por la administración educativa francesa que se viene gestando desde mayo del 68. La democratización por abajo. Pero como muy bien dice Bally: "La transmisión de la cultura supone un alcance esencial: lo que aumenta con ella, no es lo adquirido (l'acquis), el tener ( l'avoir), el capital cultural del individuo, sino su mismo ser".
Y sin embargo, aunque los tiempos no pinten bien, siguen existiendo profesores que deciden el destino de los alumnos como nuestros profesores de ayer. Pienso en dos ejemplos recientes: el profesor de música de La familia Bélier, la profesora de la pequeña protagonista de Mustang, su tabla de salvación.
Somos nosotros, los herederos, los que tendríamos que defender una auténtica transmisión del saber.
Carmen Glez,Teixeira
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