organizativos. La parte positiva es que apor-tan nuevas oportunidades de flexibilidad, como la posibilidad de trabajar a distancia y de facilitar las comunicaciones en grupo. Pero también borran las fronteras entre la vida personal y la profesional y nos convierten a menudo en esclavos del móvil y del ordenador, incluso durante los fines de semana y en vacaciones. En Francia más de uno de cada tres trabajadores activos (el 37%) reconoce que utiliza a diario una herramienta del trabajo fuera de su horario laboral, según un estudio reciente del gabinete Éléas. Al mismo tiempo un 12% sufre agotamiento laboral, conocido como síndrome del burnout, según el despacho Technologia. Para luchar contra este fenómeno, Francia ha decidido crear un nuevo derecho, el derecho a la desconexión, inscrito desde el pasado 1 de enero en el código laboral. La nueva medida, parte de la polémica (por otros motivos) reforma laboral, prevé que cada empresa con más de 50 empleados tenga que abrir negociaciones entre las diferentes partes para llega a un acuerdo en función de las necesidades de cada una. En caso de no lograr concertar las prácticas que garanticen el derecho a desconectar, será el empleador quien garantice las condiciones. "La ley no exige apagar el móvil profesional al llegar a casa, ni a la empresa a cortar los servidores a las seis de la tarde. No estaría adaptado al caso de una empresa que trabaja en un entorno internacional", explica el abogado laboral Patrick Thiébart, que sigue de cerca esta asunto a Le Figaro. "No hay unas instrucciones de uso concretas. A cada empresa le corresponde encontrar sus soluciones a medida", añade.....
A. T. , París. El País, miércoles 4 de enero de 2017
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