martes, 22 de agosto de 2017

Una sala oculta en la Altamira francesa

Salón de los toros en Lascaux
La cueva de Lascaux en Francia es, junto con Altamira, el yacimiento de arte prehistórico más importante de Europa. Desde los años 60, la cueva ha permanecido cerrada al público, ya que las emisiones de CO2, generadas por los visitantes deterioraban las pinturas rupestres que se han exhibido durante décadas. Sin embargo, investigadores de la universidad de Burdeos, encargados de la monitorización y el mantenimiento del enclave prehistórico, descubrieron que los niveles de CO2 continuaban apareciendo periódicamente, a pesar de estar cerrada la cueva. Fue entonces cuando un grupo de investigadores de la universidad de Oviedo desarrolló un método que permite estudiar la estructura del subsuelo para estudiar una posible fuente o vía de entrada de dicho gas. En esta búsqueda de un posible canal de alimentación de CO2 hacia el interior de la cueva, los científicos hallaron, para su sorpresa, una sala oculta en el conocido yacimiento francés. La técnica utilizada consiste en aplicar un método físico desde la superficie del terreno para saber de qué materiales está compuesto o si existen espacios huecos. "Las estructuras del suelo se estudian con técnicas geofísicas, en este caso, nosotros aplicamos la tomografía eléctrica, cuyo método consiste en visualizar la resistencia de los materiales a la electricidad", explica a EL MUNDO Juan Luis Fernández-Martínez, investigador del Departamento de Matemáticas de la Universidad de  Oviedo y del proyecto Lascaux. "Es como si al detectar un cáncer mediante un TAC la imagen resultante apareciese interpretada, indicándole al médico cuáles son las zonas que poseen una mayor posibilidad de estar afectadas", según Fernández-Martínez. "Parece magia, pero es innovación tecnológica", recuerda.... "Es una cavidad bastante grande situada a unos 30 metros de la superficie que creemos que está rellena de materia orgánica y arcilla", afirman los autores, que han descubierto no sólo donde está la nueva cavidad, sino también que en la actualidad no está conectada con la cueva principal. No obstante, los investigadores dudan de si esta prolongación de la sala principal de Lascaux puede albergar restos de pinturas o elementos arqueológicos. "La dirección de investigación de las actividades culturales en Francia, tendrá que tomar la decisión de si desean realizar excavaciones o no", asegura Fernández-Martínez. Por otro lado, el descubrimiento abre de nuevo el debate acerca de si se debe abrir Altamira a visitas, pero, a la luz de sus resultados, la degradación por CO2, se está produciendo en estas cuevas sin ayuda del hombre.
Carlos Ocaña Pérez. Madrid. El Mundo, miércoles 2 de agosto de 2017   

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