sábado, 12 de agosto de 2017

La isla que cambia de dueño cada seis meses

Entre Irún y Hendaya, aislada en el cauce del río Bidasoa que separa estas dos poblaciones 
fronterizas de España y Francia, respectivamente, se encuentra un territorio con un estatus muy peculiar y poco habitual en el mundo. Es la isla de Los Faisanes, el condominio más pequeño que se conoce. Sus 5.000 metros cuadrados pertenecen seis meses a España  y seis meses a Francia desde hace más de un siglo. Este 1 de agosto ha pasado mediante un sencillo trámite administrativo a manos galas, que se hacen cargo del territorio hasta finales de enero. El islote no está habitado ni es visitable. La rutina y el aburrimiento mandan en un lugar poco normal. Los curiosos lo contemplan desde ambas orillas, a apenas 50 metros; las embarcaciones y los piragüistas pasan  de largo y dentro solo acceden  habitualmente los miembros de las Comandancias Navales de San Sebastián y de Bayona, responsables de su jurisdicción en cada turno. "Requiere pocas atenciones", afirma  el comandante Rafael Prieto, encargado hasta junio de su administración. "La gente es muy respetuosa, no se cuela nadie, a pesar de que a veces la marea es tan baja que se puede pasar casi andando. Nosotros entramos cada cinco días para hacer recomendaciones visuales". En sus 215 metros de largo y 38 de ancho con forma ovalada solo hay una treintena de chopos de hoja perenne, algo de maleza, hierba corta, piedras y un monolito que recuerda su momento cumbre en la historia: aquí se firmó el 7 de noviembre de 1659 el Tratado de los Pirineos, que puso fin a la guerra de los Treinta Años. En virtud de una de las clausulas, la corte española entregó a la francesa en este islote fluvial a la infanta María Teresa de Austria, hija de Felipe IV, para contraer matrimonio con Luis XIV. En las delegaciones de ambos países se encontraban dos nombres históricos: el conde D'Artagnan, origen del legendario personaje literario de Alejandro Dumas, y Diego Velázquez. Precisamente los historiadores vinculan la muerte del pintor español, solo un mes y medio después de su regreso a Madrid, con lo extenuante de esta expedición que tuvo que preparar como aposentador real. "Fueron dos meses y medio de trabajo muy intenso, y el ya tenía 61 años, una edad avanzada para la época" explica Javier Portús, jefe de conservación de pintura española hasta 1.700 de El Prado. "Debía adelantarse al monarca en cada etapa para preparar su aposento. Hacía el camino de noche y trabajaba de día. No hay una certeza absoluta , pero se asocia su muerte con el desgaste de este viaje". La fórmula del condominio, a mediados del XIX, se trató, en realidad, de una cesión a Francia, ya que, hasta entonces, el río Bidasoa y el islote pertenecían a España. "En el Tratado de los Pirineos, Luis XIV reclamó parte del río pero Felipe IV se negó en rotundo, explica Juan Capdevila, doctor en Geografía por la Universidad de Barcelona  y autor de Historia del deslinde  de la frontera hispano-francesa. Sin embargo 200 años después consiguió su objetivo y se hizo con la mitad del Bidasoa. Entonces también se acordó el condominio sobre la isla aunque el reparto de seis meses para cada uno no llegó hasta medio siglo después". Lo que no hay en la isla  de Los Faisanes  son faisanes, como lamentó Victor Hugo en 1843. "Lo más una vaca y tres patos, sin duda comparsas alquiladas para hacer  el papel de faisanes para los visitantes", escribió. Según unas versiones, el nombre original era la isla de los Paussans; según otras, isla de los Faisants. Sea cual sea, la denominación actual es una adaptación al castellano que nada tiene que ver con la realidad. Aquí no hay faisanes.

Lorenzo Calonge. Madrid. El País, lunes 31 de julio de 2016

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