Simone Veil, el tótem moral de Francia. Así titula Eric González su artículo de El Mundo (1 de julio de 2017) , en el que recorre su vida ( 1927- 2017) bajo la luz de los tres legados que se citan en el artículo al que me he referido en primer lugar. Una semana más tarde, el 9 de julio es El País el que publica un artículo de Bernard-Henri-Lévy: Dos o tres cosas que sé de Simone Veil. Esta vez el filósofo escritor nos la presenta a través de las imágenes que de ella quedaron grabadas en su recuerdo: "Septiembre de 1979, foto en blanco y negro, en París, ante el memorial del Mártir del Judío Desconocido. Un joven pronuncia un discurso de homenaje a los muertos de la Shoá. Ella está en primera fila, de pie, muy bella, perdida en sus pensamientos pero atenta. Escéptica y severa. Incrédula y cautelosa. Más tarde le dirá al joven en un tono de amable reproche: Demasiado lírico." Segunda imagen: "Algunos años antes, Simone había pronunciado ante el Parlamento francés el discurso que iba a cambiar la vida de las mujeres del país. Simone parecía la Romy Schneider de El proceso de Orson Welles. Se la veía determinada pero forzada . Vivió aquellos momentos en lo que cierto teólogo llamó soledad última."."Era imperiosa y dulce. Irascible y generosa". "Nadie como ella identificó los rasgos que singularizan la Shoá. Fue un crimen, decía: sin huellas, sin tumbas, sin ruinas, sin escapatoria, sin el menor rastro de racionalidad". "Y luego estaba Europa, Después de la guerra había dos actitudes. La de Jankélévitch: culpabilidad ontológica de Alemania . Y la de Simone Veil: no hay culpabilidad colectiva ; es posible levantar una Europa cuyos pilares serán, precisamente, esa Francia y esa Alemania que guardan luto por sus fantasmas". ..."¿Qué otro nombre sino el suyo me viene a la cabeza en este preciso instante si intento ponerle cara a la princesa de Europa?" Y eso es precisamente lo que llama la atención, el error de bulto que me ha inspirado estas líneas: la cara de la mujer que sostiene la bandera de Europa en la ilustración de La mujer de los tres legados no es la de Simone Veil, es la de Simone Weil .
Simone Weil (1909, París- 1943 Ashford,R.U.) Es una des las tres mujeres filósofas nacidas a comienzos del siglo XX junto con María Zambrano y Hannah Arendt. Y la que más se implicó en poner en práctica sus ideales de educación y de justicia. Sus citas son una referencia de su pensamiento que se manifestó en tres direcciones: la filosofía, la socio-política y la religión. La mayor parte de lo que se conoce de su vida y de su obra está diseminado en cuadernos escritos a mano, que sus familiares y amigos fueron recogiendo y editando después de su muerte. Muchos de ellos publicados por Albert Camus que vió en ella un diamante en bruto (Reyes Mate, ABC.29-3-2016). Se hizo obrera hasta el punto de no permitirse, cuando enfermó , recurrir a medicinas que no estuviesen al alcance de cualquier obrero, se negó a comer más de lo que se podía en zona ocupada. El 2 de agosto de 1943 fallecía en el sanatorio de Ashford, cerca de Londres, a los 34 años de edad. Camus la admiraba profundamente por ese modo de unir su pensamiento y su vida. Hace unos años Laure Adler publicó un libro sobre ella, L'insoumise (Actes Sud, 2008). Estas son algunas de las frases que le dedica en el prólogo: "Ella, es la franqueza, la rectitud, la lucha por los más desfavorecidos, la búsqueda de la pureza". "Ella, desde su primera juventud, luchó en todos los frentes: político, moral, psíquico, espiritual para que la sociedad sea cada vez más justa". "Ella, dió su vida por sus ideas y no escamoteó los sufrimientos que implicaba alcanzar un ideal".
Simone Weil, a los 19 años, ingresó en L'École Normale Supérieure con la calificación más alta, seguida en segundo lugar por Simone de Beauvoir. Imposible no mencionar a esta tercera Simone, también filósofa, un referente de vida que marcó a toda una generación de mujeres que ansiábamos lograr la libertad. En Galicia, en Vigo, existió durante años un colectivo de profesoras de filosofía que se les conocía por Las Simonas, tal era la influencia que la Beauvoir había ejercido sobre ellas. Y, a través de un dicho popular, pero al revés, invitaré a una cuarta Simone, para cerrar este texto: No sólo del alma vive el hombre, también de pan: Simone Ortega y sus 1.001 recetas de cocina con la que aprendimos a cocinar los jóvenes del 68, nosotras y ellos (algunos se atrevieron a sus primeros pinitos). De la mano de esta excelenta cocinera que aún sigue reinando en nuestras casas, gracias a estas Simones que, cada una a su manera, han hecho tanto por nosotras.
Carmen Glez Teixeira
Magnífico artigo, Carmen, e magníficas invitadas a propósito de ...
ResponderEliminarPorque hay tantas confusiones, en Argentina toman la figura de simone de beauvior como simone weil. Y son tan distintas, pero la prensa no ayuda.
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