viernes, 27 de julio de 2018

Julien Gosselin en Aviñón

Julien Gosselin
La obra dura 10 horas sin entreactos y sin analgésicos. Es la apuesta del director Julien Gosselin, joven prodigio del teatro francés, que ha vuelto a zarandear el Festival de Aviñón con una adaptación de tres textos de Don DeLillo: Jugadores (1997), Los nombres (1982) y Mao II (1991). Al recorrer estas tres obras Gosselin distinguió un leit motiv indiscutible: la aparición del terrorismo durante el paso a la era posmoderna, nueva expresión de la violencia sanguinaria que ha marcado todas las épocas históricas. En la primera parte un aburrido bróker se une a un grupo armado de extrema izquierda. En la segunda, el trabajador de una multinacional, expatriado en Atenas, presencia muertes ejecutadas por una secta que sigue un inexplicable método alfabético. En la tercera, un escritor de culto se marcha a Beirut para salvar a un poeta secuestrado por un grupo maoísta. A través de estas historias el tándem formado por Gosselin y DeLillo disecciona los ismos de nuestro tiempo: capitalismo, neoliberalismo, cosmopolitismo y fanatismo. El recorrido teatral de Gosselin está estrechamente ligado a Aviñón: su revelación tuvo lugar con una aplaudida adaptación  de Las partículas elementales, de Michel Houellebecq en 2013, cuando tenía 26 años. Regresó a Aviñón en 2016, al llevar al escenario las 1.200 páginas de 2666 de Roberto Bolaño, quimérica iniciativa que se saldó con otra merecida ovación. Su tercera adaptación literaria se ha llevado aplausos más comedidos, tal vez por lo descomunal que resulta un proyecto en el que el tiempo del teatro se alinea con el de la vida. Por ello, parece inevitable enfrentarse a momentos de confusión, aburrimiento e imperfección...
"Mi sueño es abrir un lugar al público en el que sea acogido por por una serie de normas artísticas en el que se pueda sumergir, sin esperar un principio ni un final", señala el director. "Relatar ficciones no me interesa demasiado. Lo que me guía es el trabajo con la materia poética"...
Álex Vicente. Aviñón. El País, jueves 19 de julio de 2018

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