viernes, 20 de julio de 2018

La Tarara conmociona Aviñón

François Chaignaud, caracterizado como la Tarara.
Christophe Raynaud Lage
Cuando La Tarara sale a escena, la gitana mística luce uñas postizas, maquillaje excesivo, una peluca con el obligatorio caracolillo y una sorpresa (relativa) entre las piernas. La heroína de la conocida canción popular es una de las protagonistas de Romances inciertos, obra que ha causado sensación  en el Festival de Aviñón, que se celebra hasta el 24 de julio en la ciudad francesa. El escenario está presidido por un personaje de género impreciso que cruza distintas épocas históricas, casi como el Orlando de Virginia Woolf, solo que inspirado en el folklore español, los cantares de gesta y el andalucismo homo-erótico de García Lorca. Los responsables de este espectáculo, situado en algún punto entre el recital barroco y el cabaret transformista, son dos franceses: el artista plástico Nino Laisné, de 32 años, que lleva tiempo investigando este patrimonio inmaterial, y el bailarín François Chaignaud, de 35, renovador de la danza francesa, maestro del travestismo escénico y auténtico protagonista de la obra. Ambos escogieron a tres figuras andróginas de la tradición española para subrayar su riqueza y modernidad. "En Francia, a causa de nuestra historia política, esa tradición ya casi no existe", señala Laisné, instalado en el madrileño barrio de las Letras desde hace dos años.
En Romances inciertos, Chaignaud, en el primer acto, aparece caracterizado como la Doncella Guerrera, protagonista del romance medieval del mismo nombre, donde la más joven de siete hermanas decide "ir a servir a la guerra/vestidita de varón"... En el segundo acto, Chaignaud se transforma en San Miguel, el cautivador arcángel al que Lorca describe en el Romancero gitano como "un efebo de tres mil noches"... La obra se reserva su teoría más rompedora para el tercer acto: la Tarara, protagonista de innumerables cantos populares, de letras cambiantes según el lugar donde sean entonados, pudo haber sido una gitana "travestida o incluso intersexual"... La génesis de Romances inciertos, que este otoño se interpretará en Francia, Austria, Suiza, Bélgica y Portugal, se encuentra en Huesca. En 2014, Chaignaud y Laisné montaron una primera performance de 10 minutos en la Sala de la Reina Petronila de esta ciudad, que ya protagonizaba esa Tarara de género impreciso. Decidieron sumarle los otros dos personajes pertenecientes a un patrimonio que, según Laisné, está "poblado de figuras ambiguas ". Y luego el acompañamiento de cuatro instrumentistas que tocan el bandoneón, la guitarra barroca y la viola de gamba...
Álex Vicente. Aviñón. El País, marte 17 de julio de 2018

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