viernes, 27 de septiembre de 2019

Bernard-Marie Koltès, la soledad del meteorito

Bernard-Marie Koltès
La noche en que vio a María Casares protagonizando "Medea", tenía 20 años y sintió algo así como una revelación. Se dijo que su lugar en el mundo estaba en la escritura, contar "con palabras sencillas" un deseo, una emoción. Porque "sin la belleza no merecía la pena vivir". Y lo cumplió. Bernard-Marie Koltès nació en Estrasburgo, el 12 de enero de 1968, a los 20 años de edad. Fue durante una representación, Medea, protagonizada por María Casares y con dirección de Jorge Lavelli. Al final del primer acto el entonces estudiante de Periodismo necesita salir a la calle. No puede respirar. Tampoco siente el frío de la noche. La visión del cuerpo de la actriz, una de entre los muchos españoles republicanos, provoca la revelación. Antes de entrar de nuevo en el teatro susurra "Voy a escribir", y nombra así su sentido en la tierra. A su cumplimiento dedicó los otros 20 años que aún le quedaban de vida.
Decide abandonar sus estudios de Periodismo  servir al teatro: "Arriesgo mi vida , mi alma, mi futro por él, porque en ese riesgo ya está mi victoria", le dice a su madre. Trató sin éxito entrar  en el teatro por la puerta de la interpretación, luego de la dirección escénica. No desiste. Funda una compañía propia y escribe sus primeras piezas. Quiere cumplir su destino...
Envía los manuscritos de sus obras a cuantos teatros puede, hasta que se produce el encuentro decisivo con Patrice Chéreau. El director decide montar cuanto escriba aquel joven perseverante. Años después confensó que lo que le enamoró de Marie Koltès fue la creencia compartida de que hacer teatro era una misión de locos o santos...
Chéreau dijo que su vida fue "un meteorito que atravesó nuestro cielo en soledad". Como la de Marlowe, Kleist o Lorca, su obra ha quedado suspendida en una eternidad prematura.
Alberto Conejero. El Mundo, 15 de septiembre de 2019

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