El Castillo de Chambord |
Está rodeado de misterios. Empezando por su autor. No se conservan planos originales, si alguna vez los hubo. Ni se sabe quien fue su arquitecto. Entre otras razones, porque en la época no se había aún impuesto la idea italiana de un arquitecto, responsable único de un proyecto.
Algunos ven la sombra de Leonardo en esta obra colosal que tiene más de 440 habitaciones, 282 chimeneas, 77 escaleras y en cuya construcción se emplearon 220.000 toneladas de piedra. Pero cuando comenzaron las obras en 1519, Leonardo llevaba cuatro meses muerto.
Describir Chambord es sencillo. Es un rectángulo con su principal lugar habitable inscrito, el torreón. Este tiene planta de cruz griega y en su intersección se levanta la célebre escalera de doble revolución. Todo muy bello, armónico. Nada original. Pero lleno de significados místicos.
Los manuscritos de Leonardo contienen muchas iglesias con forma de cruz griega. Un diseño que uno de sus amigos, Bramante, eligió para la Basílica de San Pedro en Roma. Este tipo de planta fue estudiada por Francesco de Giorgio Martini que regaló su tratado de arquitectura al genio de Vinci. Chambord fue, eso sí, uno de los primeros edificios civiles con planta de cruz griega.
La posición de la escalera en el centro de la planta es original y puede haber sido inspirada por Leonardo. Culmina en un tercer tramo que sobresale de la terraza del castillo, rematada en una flor de lis, el emblema de la monarquía francesa....
Iñaki Gil. Chambord. El Mundo, jueves 22 de agosto de 2019
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